Inteligencia vegetal: las plantas también son inteligentes

Algunos estudios sugieren inteligencia en las plantas, en cuanto a sus distintas formas de adaptación y supervivencia. (Foto en web Fundación Aquae)

Solemos creer que la inteligencia solo es propia de los humanos, o de algunos animales. Nunca de las plantas. Sin embargo, hace tiempo, en ciertos ámbitos de la ciencia se estudia la «inteligencia vegetal», la inteligencia de las plantas.

Ya en 1907, el dramaturgo belga Maurice Maeterlinck escribió el famoso ensayo La inteligencia de las flores. Para Maeterlinck, las flores y las plantas poseen una forma de inteligencia que se manifiesta en los modos cómo, a pesar de no tener cerebro, sobreviven, se reproducen y adaptan a su entorno. Andre Kessler, un ecólogo químico, de la Universidad de Cornell, defiende la inteligencia de las plantas. Aquí un artículo que sintetiza una investigación de este científico sobre las estrategias de supervivencia, reproducción y comunicación de las plantas vara de oro (Solidago). Otra temática que contribuye a la apertura al mundo amplio, uno de los propósitos de esta página cultural.

¿Son inteligentes las plantas? Según un estudio de la Universidad de Cornell, depende de la definición

Por Paula Gonçalves, publicado originalmente en Meteored Portugal el 18/06/2024

planta vara de oro (Solidago virgaurea) (Foto en vivero Shangai)

La planta vara de oro (Solidago virgaurea) es capaz de detectar otras plantas cercanas detectando proporciones de luz roja lejana reflejada en sus hojas. Pero, ¿es esta respuesta flexible un signo de inteligencia en las plantas?

Según un artículo publicado en la Universidad de Cornell y publicado en la revista Plant Signaling and BehaviorAndre Kessler, un ecólogo químico, defiende la inteligencia de las plantas.

Andre Kessler, ecólogo químico, foto en página Universidad de Cornell

«Hay más de 70 definiciones publicadas de inteligencia y no hay acuerdo sobre qué es, ni siquiera dentro de un campo determinado», según Kessler, profesor del Departamento de Ecología y Biología Evolutiva de la Facultad de Agricultura y Ciencias de la Vida.

Según el profesor, mucha gente cree que la inteligencia requiere un sistema nervioso central, en el que las señales eléctricas actúan como medio para procesar la información.

Algunos biólogos de plantas incluso equiparan los sistemas vasculares de las plantas con los sistemas nerviosos centrales, y proponen que algún tipo de entidad centralizada en la planta les permite procesar información y responder.

Sin embargo, Kessler no está de acuerdo con esta idea. Para él, no hay pruebas convincentes de ninguna de las homologías con el sistema nervioso, aunque se observan señales eléctricas en las plantas, pero la cuestión es saber hasta qué punto esta señalización es importante para la capacidad de una planta para procesar señales ambientales.

¿Qué podría pasar cuando los herbívoros coman la planta?

Para defender la inteligencia vegetal, Kessler y el coautor Michael Mueller, estudiante de doctorado en su laboratorio, redujeron su definición a sus elementos más básicos.

Como estudio de caso, Kessler señala su investigación previa sobre la Solidago y sus reacciones al ser consumido por plagas.

Cuando las larvas del escarabajo comen las hojas de esta planta, emiten una sustancia química que informa al insecto que la planta está dañada y es una mala fuente de alimento.

Estímulos de defensa de las plantas en respuesta a la herbivoría
Los estímulos iniciadores son señales ambientales (por ejemplo, compuestos orgánicos volátiles de plantas vecinas dañadas, daños directos causados por herbívoros, información espectral y química) que desencadenan la señalización endógena de las plantas, preparándolas para respuestas más rápidas y fuertes cuando se producen ataques adicionales de herbívoros.

Estos químicos transportados por el aire, llamados compuestos orgánicos volátiles (COV), también son absorbidos por las plantas vecinas de Solidago, lo que hace que produzcan sus propias defensas contra las larvas de escarabajo.

De este modo, Solidago transfiere los herbívoros a las plantas vecinas y propaga los daños.

En otro articulo publicado en 2022 en la revista Plants, Kessler y el coautor Alexander Chautá llevaron a cabo experimentos para demostrar que Solidago también puede percibir proporciones más altas de luz roja lejana reflejada por las hojas de las plantas vecinas.

Aplicar el concepto de inteligencia a las plantas puede inspirar nuevas hipótesis sobre los mecanismos y funciones de la comunicación química de las plantas.

Cuando hay vecinos y los escarabajos se comen Solidago, invierten más en tolerancia al herbívoro, crecen más rápido, pero también comienzan a producir compuestos defensivos que ayudan a las plantas a combatir las plagas de insectos.

Cuando no hay vecinos, las plantas no recurren a un crecimiento acelerado cuando se comen y las respuestas químicas a los herbívoros son marcadamente diferentes, aunque continúan tolerando cantidades bastante altas de herbivoría.

Aplicar el concepto de inteligencia a las plantas podría inspirar nuevas hipótesis sobre los mecanismos y funciones de la comunicación química de las plantas, y al mismo tiempo cambiar la forma en que la gente piensa sobre el verdadero significado de la inteligencia.

Los COVs (compuestos orgánicos volátiles) brindan el olor a la planta, lo que atrae a los insectos y esto permite la polinización de las flores. (Foto Javier Losarcos).


Referencia: Kessler, A., & Mueller, M. B. (2024). «Induced resistance to herbivory and the intelligent plant.«

«La inteligencia de las flores», obra de Maurice Maeterlinck, publicada en 1907 (aquí en edición en Biblioteca Personal de Jorge Luis Borges). Para Maeterlinck, las flores y las plantas poseen una forma de inteligencia que se manifiesta en los modos cómo, a pesar de no tener cerebro, las plantas sobreviven, se reproducen y se adaptan a su entorno. El ingenio floral y su adaptabilidad consisten en que, por ejemplo, desarrollan mecanismos para atraer a los polinizadores, como colores llamativos, formas intrigantes y olores. También evoluciona para protegerse de los depredadores y dispersar las semillas. Maeterlinck incluso plantea la posibilidad de una conciencia vegetal.


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