La Exploración del Universo

Por Diana Trejo 

Astronauta y exploración del universo (Adtrina)

La fascinación ante el universo poderoso es el horizonte de este artículo. La contemplación romántica de la naturaleza se funde con el asombro ante el gran espacio. La misión Apolo 11 y la primera caminata lunar, en su momento, devolvieron la mirada hacia la noche habitada por la reluciente Luna y las estrellas.

La exploración del universo. como sugiere Diana Trejo, autora de este artículo, estimula «una introspección profunda y una conexión espiritual con lo eterno». Ante la noche y su inmensidad. Y «esta misma sensación se encuentra en los astronautas del siglo XX, quienes al ver la Tierra desde el espacio, experimentaron una mezcla de humildad y conexión con algo mucho más grande que ellos mismos».

El romanticismo y la exploración del Universo, por Diana Trejo (*)

El Romanticismo estaba íntimamente unido a lo natural, pues este mismo era el medio de evocación de numerosos sentimientos y placeres, además de ser el hogar absoluto de la divinidad. Este movimiento valoraba profundamente lo desconocido y lo misterioso, como por ejemplo “la noche”. La contemplación de la noche era un tema bastante recurrente y significativo; la noche era vista como un símbolo de misterio, introspección y esa conexión con lo sublime y lo trascendental. La noche, con su atmósfera oscura y enigmática, ofrecía el escenario perfecto para explorar temas como la melancolía, el amor, la soledad y lo infinito. Muchos de los poetas importantes de la época usaban la noche como inspiración para sus obras. Mi objetivo es  llevar esta relación más allá de la noche y la oscuridad que en ella alberga, hacia la magia de las estrellas, la luna y el misterio del universo.

La noche simboliza la inmensidad de lo sublime, la contemplación de ese universo nocturno, la energía, sentimientos de asombro y pequeñez ante la inmensidad del cosmo, una experiencia que los románticos buscaban y valoraban profundamente. Un punto interesante e importante era el misterio por lo desconocido, los románticos estaban fascinados por lo misterioso, aquello que no se conoce, que no se ve pero que se puede sentir. El universo, con sus constelaciones y planetas lejanos, ofrece ese portal hacia lo infinito y lo inexplorado, lo desconocido, estimulando así la imaginación y el sentido de aventura. En el Romanticismo, volvió a renacer una conexión espiritual entre el humano y el cosmos. Por ejemplo, en la poesía de John Keats, el cielo estrellado sugiere que había más en el universo de lo que realmente se podía percibir a simple vista. La inmensidad del espacio inspira a contemplar nuestra propia insignificancia y, al mismo tiempo, nuestra conexión con algo más grande, algo de lo que ni siquiera es posible tener una idea completa de su grandeza. La inmensidad del cielo oscuro se veía como una manifestación de lo eterno y lo divino, el cosmos era una forma de trascender lo mundano y conectar con la eternidad.

Considero que el universo se convierte en un símbolo poderoso y recurrente en el romanticismo, es interesante el auge por querer conocer aquello de lo cual no existe explicación, al punto de pensar en la pequeñez de nuestra existencia, en la reflexión por nuestra existencia humana, haya sido tan resonada en esta época “Estamos en relación con todas las partes que componen el universo, y asimismo con futuro y pasado”. 

Aunque el Romanticismo precedió a la era espacial por más de un siglo, sus ideales y sensibilidades dejaron una profunda influencia en la manera en que se concebía y se abordaba la exploración del espacio en el siglo XX. Aunque pensar en el universo, en la oscuridad, en los planetas, en las galaxias, hoyos negros, y una posible existencia “humana» extra (si se podria decir) a muchos les causaria cierto miedo o temor, siento que ese pensamiento romantico era capaz de ver la belleza en lo inimaginable o lo terrorifico. 

Un ejemplo, la misión Apollo 11 y la primera caminata lunar fueron eventos que inspiraron un asombro y una admiración global, reflejando el sentido romántico de enfrentarse a lo desconocido. El Romanticismo valoraba la aventura y la búsqueda de conocimiento, exaltando la figura del individuo que se enfrenta a lo desconocido en busca de la verdad y la comprensión. Este espíritu se refleja en los esfuerzos de la humanidad por explorar el espacio, impulsados por una combinación de curiosidad y deseo de superar límites a su vez  también fue una reacción contra las restricciones del racionalismo y el materialismo de la Ilustración. De manera similar, la exploración espacial y universal  la veo  como una búsqueda de nuevos horizontes y nuevas formas de conocimiento, desafiando las limitaciones de lo conocido y lo establecido.

La conexión entre el Romanticismo y la exploración del universo es profunda y multifacética. Desde la poesía y la pintura románticas hasta las misiones espaciales y la ciencia ficción moderna, el deseo de comprender y conectarse con el cosmos ha sido una constante fuente de inspiración y reflexión sobre nuestra existencia humana. Los ideales románticos continúan influyendo en nuestra percepción y exploración del cosmos, recordándonos siempre la importancia de buscar lo sublime en lo desconocido y de mantener viva la llama de la curiosidad y la aventura. La contemplación de este universo nocturno no solo evoca sentimientos de asombro y pequeñez ante la inmensidad de lo infinito, sino que también invita a una introspección profunda y una conexión espiritual con lo eterno, poder caer en cuenta que somos parte de unos minúsculos seres ante majestuosa grandeza, los románticos valoraban profundamente estas experiencias porque les permitían trascender lo mundano y conectarse con lo divino. Esta misma sensación se encuentra en los astronautas del siglo XX, quienes al ver la Tierra desde el espacio, experimentaron una mezcla de humildad y conexión con algo mucho más grande que ellos mismos. Como dijo Carl Sagan en su serie ‘Cosmos’, ‘La exploración es una de las demostraciones más nobles de la cualidad humana’. Este sentimiento de búsqueda y descubrimiento es un claro eco de los ideales románticos que perduran en la exploración espacial.

(*) Este texto de Diana Trejo fue realizado en el contexto de la materia Principales Corrientes del Pensamiento Contemporáneo en la Universidad de Buenos Aires, en junio de 2024.

La contemplación del universo (Greg Razoky / Unsplash)

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