Entre el dibujo y el recuerdo de un amigo

Dibujo de Néstor Puchetti para el Mundial de Basquetbol en Argentina, 1990.

Las dificultades para adaptarse a nuevos paradigmas es fuente de reinvención para algunos; y, para otros, de  angustia  y desmoronamiento. Esto último es el aspecto humano de la historia de los grandes cambios, de lo vivido por las personas reales, como el caso del amigo Néstor Puchetti, que aquí recordamos.

Esteban Ierardo

  El cambio de paradigma siempre es traumático. El paso de una forma de hacer las cosas a otra, o de un tipo de conocimiento a uno nuevo nuevo que cuestiona todo lo anterior.

 Hace unas décadas, el avance de la computación empezó el proceso de digitalización creciente de la vida. En esos periodos de cambios, algunos se adaptan rápidamente, otros son lo suficientemente jóvenes como para no haber sido modelados por el paradigma saliente y asumir el nuevo camino sin necesidades de adaptación. Otros, por distintas causas, no pueden reinventarse en lo nuevo. El fracaso adaptativo no es solo una fría categoría de análisis sino el entramado en el que algunas personas sufren postergación y ansiedad por no poder renacer en la nueva corriente.

 El caso particular del cambio del primado único del dibujo analógico a su sustitución o convivencia híbrida con el dibujo digital significó un proceso de crisis sin fin para el amigo Néstor Puchetti. Excelente dibujante, de gran imaginación, amante del arte, del cómic y animaciones, del cine, y también, de una manera muy intensa, de la música.

 Nos conocimos por mediación de un amigo común, Jorge Luis Viera, hoy destacado coleccionista y difusor de la música del cine. Lo conocí en su estudio departamento de Flores, en la Ciudad de Buenos Aires. La visita a su ámbito de creación era un ejemplo de la expresión de

Néstor Puchetti en desierto de Atacama, Chile.

Sócrates: “la casa es chica, pero el corazón grande”. En unos pocos metros cuadrados, se acomodaba su mesa de trabajo, con sus lápices y hojas para sus dibujos, y miles de CDs de una colección de música infinita. Sus dibujos trazados directamente sobre el papel, cuyo arte estudió con maestros por los que siempre conservó un agradecido recuerdo; dibujos que tenía que hacer en gran cantidad para las secuencias de dibujos animados; secuencias a las que les daba vida por largas y diligentes horas de trabajo; secuencias de figuras para el extranjero; o para el estudio en la Avenida Corrientes del dibujante y caricaturista Manuel García Ferré, creador de Hijitus, uno de los personajes de historietas argentinas más estimados junto con Mafalda, Patoruzú, Clemente o Juan Salvo, «el Eternauta». Su trabajo para García Ferré fue su mejor período profesional. En una breve etapa, compartió su talento en el dibujo también mediante la docencia.

 En 1990, realizó el dibujo oficial del XI Campeonato mundial de baloncesto celebrado en Argentina (imagen de portada). El dibujo que surgía de sus lápices era también el intento de darle vida a sus propios invenciones, sus propios personajes de historietas, como los Episcópilos.

Primera página de la historieta de los episcópilos.

 La imaginación por el dibujo es inseparable, en la historia del arte, del rigor de la composición en la pintura clásica. Pero también, en el siglo XX, y en las arenas ya de la cultura popular, el dibujo es el corazón del cómic. Género por el cual una imagen y un breve texto abren a mundos en los que el lector se sumerge rápidamente.

Los episcópilos en el espacio

 Y si se trata de abrir a otros mundos, el cine y la música son también ventanas abiertas a algo distinto. Ventanas de diferente tipo pero que, muchas veces, se rozan y unen en su acción de arrebatarnos de la medianía diaria.

En las visitas al departamento estudio de Néstor, cine y música se unían a través de una de sus pasiones: la escucha de bandas de sonido de películas, la música inseparable del efecto final de los planos cinematográficos. Pasión por los soundtracks que compartía también en reuniones con otros entusiastas admiradores de los compositores de la música de cine, en las que intercambiaba comentarios con Jorge Luis Viera, Luis Rojas, y otros.

Pero su conexión con la música no se detenía en un gusto especializado. Gustaba de la exploración de lo amplio, de lo diverso. Así, en sus días musicales, su oído se abría a  músicas que me hizo escuchar, y que para ese entonces desconocía. La música ambiental, por ejemplo, de Steve Roach, o Michel Stearns; o bandas de sonidos de Danny Elfman o John Williams; o sinfonías de Serguéi Prokófiev, o Alfred Schnittke, o también el experimentalismo de vanguardia de Stockhaussen.

 La pasión compartida por los sonidos y su extender este mundo a otros mundos, de rozar fondos y lechos profundos, nos llevó a inventar una experiencia llamada viaje sonoro, que realizamos muchas veces, y que proponía una audición, fuera de lo convencional, que fue experimentada por muchas personas.

Néstor Puchetti con Steven Spielberg

  En 1982, Néstor se reunió con el director Steven Spielberg; adoraba sus creaciones, desde Tiburón hasta E.T., el extraterrestre. De hecho, el célebre cineasta lo invitó a la premier de ET en Cannes; y también le contestó por carta el envío de unos de sus dibujos.

 

Carta de Spielberg a Néstor Puchetti como respuesta al envío de algunos de sus dibujos.

Su historia no es solo propia,

es también un símbolo de quienes pagan las consecuencias por no poder reinventarse. O por decidir no hacerlo. La reinvención necesaria en el tiempo de Néstor, y en el ámbito del dibujo, era la aceptación de lo que ahora es totalmente claro:  un paradigma previo (el dibujo analógico) no termina por desaparecer, se integra con lo emergente (el dibujo digital); es decir, el desafío de la reinvención dentro de una cultura híbrida en la que lo real físico se confunde con los pliegues de lo que se digitaliza.

 En octubre de 2020, Néstor dejó este mundo. Partió sin haber podido, por distintas razones, poner a flote el barco con todos los tesoros que tenía escondidos, con todo lo que esperaba su momento para mostrarse y resplandecer.

  Y queda la huella de la calidad artística de su trabajo, y la pasión compartida con muchos amigos por el dibujo, el cómic, el cine, la música. Algunas formas del poder del arte.

 Descansá en paz Néstor, la tormenta terminó. Y quizá ya hayas descubierto un nuevo comienzo. Esa era tu creencia.

Agradecimiento a Jorge Luis Viera y Luis Rojas por la ayuda en acceder a dibujos de Néstor y en la realización de esta nota.

Varios dibujos de Néstor (se pueden ampliar):

Dibujo de una de sus historietas .
Una creatura, variante de los seres creados por Néstor
Comienzo de capítulo de otra de sus historietas.
Detalle de págína anterior de historieta.
Otro dibujo de la historieta de los Episcópilos
Nave espacial en vuelo hacia la Luna.
El último trabajo de Néstor Puchetti: este dibujo, y el de abajo, ilustraciones de tapa del banda de sonido de The Prowler (1981), música compuesta por Richard Einhorm.
Autorretrato

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