Charlas con mi gato: Misiles e inteligencia

Por J r Crivello

En el mundo antiguo al fabulista griego Esopo se le ocurrió acudir a los animales para formular pensamientos humanos y enseñanzas. Un modo de la imaginación que luego siguió Jean de la Fontaine en el mundo moderno. De forma semejante, y con mucho ingenio, aquí J r Crivello da vida pensante, y la lucidez de una «inteligencia entendida» a su gato Boris, para recordar que «el mundo se despeña entre autócratas y demócratas».

Charlas con mi gato —45: Misiles e inteligencia, por J re Crivello (*)

“Las luces se apagaron, rostros extraviados y contraídos aparecían por entre las blancas llamaradas de los relámpagos; las mujeres chillaban, los mozos gritaban, las ventanas se sacudían ruidosamente con la tormenta (pág. 163, La ruta interior Herman Hesse.

Mi gato terminó de leer. Luego mir en mi dirección para decir:

—Los misiles iraníes causarían ayer esta sensación. Pude referir la capacidad del misil, su trayectoria, y cientos de detalles técnicos de la prensa. Pero aquí era la lucha de una democracia por sobrevivir, o la de una autocracia de una jerarquía religiosa que aun se sostenía como si fueran los dueños de las ambiciones de Dios. Pero dije tan solo:

—Me dan asco esas figuras religiosas que dominan Irán desde hace más de 30 años. ¿Los gatos no creen en Dios, no” —pregunté en voz alta?

“No, los gatos somos animales tranquilos. Lo que nos destaca es la inteligencia entendida: somos capaces de recoger información, asimilarla y aprender y tenemos buena memoria y todo lo aplicamos para sobrevivir” —y agregó: “los israelitas han creado un gran gato. Su servicio secreto ha demostrado estos días que las informaciones recogidas las han aplicado para sobrevivir”

La inteligencia entendida —pensé ¡Qué gran definición¡ Fui en busca de su plato de leche y se lo acerqué, eran las tres de la mañana y fuera lloviznaba muy despacio! Antes de irme a la cama le miré, para mi Boris era especial, había un antes y un después en mi vida. Quise preguntarle quien ganaría esta guerra y dije en voz alta tres opciones:

  1. Los que más tiros tiren
  2. Los que más capacidad de resistencia tengan
  3. Los que apliquen la inteligencia extendida

Mi gato respondió: “La opción C” En este juego de astucia podíamos ver que un gato resolvía un conflicto desde una solución y comparé; los nazis perdieron la guerra por asumir una dirección jerarquizada que imponía costes religiosos (honor, asesinatos de raza, dominio de un espacio, mano de obra esclavizada) Los ayatolas de Irán asumían que su poder descansa en la fe. De nuevo un discurso construido sobre la religiosidad. Este conflicto en Oriente Medio no podía resolverse como decía el Pope de Irán: “Dios altísimo ha ordenado este ataque”

No, las guerras traen siempre nuevos valores. Así, aun concebimos en nuestra sociedad el litigio por la verdad. El mundo se despeña entre autócratas y demócratas (un conflicto muy antiguo…)

Me fui a mi cama. Boris aún leía.

(*) Este texto fue publicado originalmente en Masticadores, página nacida en Cataluña, dirigida por J r Crivello, y con numerosos colaboradores en el mundo.

(Foto istock)

1 comentario en “Charlas con mi gato: Misiles e inteligencia

Deja un comentario