Novelas escandinavas

Por José Antonio Lugo

Una breve aproximación a perfiles importantes de la novelística de los países escandinavos: Noruega, Suecia, Dinamarca y Finlandia.

Noruega

Kristina Lavransdatter es una trilogía que le permitió a Sigrid Undset ganar el Premio Nobel de Literatura. Recordemos que los premios de las primeras décadas del siglo pasado se concedían a novelas naturalistas. Esta monumental obra de más de mil páginas es un fresco que pinta a la Noruega del siglo XIV, en el contexto del sufrimiento de la protagonista ante las visicitudes de la vida desde su fe católica. Una obra excelente que nos adentra en la conciencia de los noruegos de ese siglo, en sus costumbres y en la interioridad femenina de Kristina.

La gran novela noruega es Bendición de la tierra, de Knut Hamsun, a quien Bashevis Singer llamó “el padre de la literatura moderna” y que inspiró a Hesse, Kafka y Thomas Mann. Isak e Inger, los protagonistas, trabajan duro la tierra; reciben sus dones y padecen sus sinsabores. Además, sus obras Hambre y Pan anticipan el existencialismo. Su caso es fascinante, porque fue colaboracionista nazi. Sin embargo, los noruegos hace poco le erigieron un museo. No lo indultan ni lo idealizan, reconocen el valor de su obra y los claroscuros del ser humano.

Por su parte, la novela Trilogía de Jon Fosse, nos retrata una historia triste. Unos jóvenes se ven, se gustan, ella se embaraza… y no encuentran nadie que les tienda la mano, les regale un pedazo de pan o les ofrezca albergue, lo que va a conducir al muchacho a robar y asesinar, a huir con su mujer y su hija a otra ciudad, hasta donde lo encontrará una suerte de inspector Javert (el policía de Los miserables) para llevarlo al cadalso. ¿Su mujer y su hija? Ella se venderá al pequeño burgués que la quiere en su cama y que a cambio les dará casa y sustento. Pero ella se adentrará en el mar, como Alfonsina Storni…

  1. Suecia

La gran escritora francobelga Marguerite Yourcenar apreciaba a dos mujeres escritoras: la japonesa Murasaki Shikibu y la sueca Selma Lagerlof. Tradujo a una tercera: Virginia Woolf y su obra Las olas.

El maravilloso viaje de Nils Holgerson nos cuenta el viaje de un año que realiza el pequeño Nils sobre el cuello de una oca, viajando al Norte por el Oriente y descendiendo de Laponia por el Poniente. En el camino, Nils dejará de ser un niño maldoso y aprenderá de los animales la empatía y el respeto a la vida, dentro de la cual la muerte es natural y parte del proceso. Al final de la novela, recupera su forma humana. “Sólo una bandada voló en silencio mientras él pudo seguirla con los ojos. Nils tuvo una sensación tan dolorosa que casi hubiera preferido continuar siendo un hombre pequeño, para poder viajar por encima de la tierra y del mar con una bandada de patos silvestres”.

Las novelas de Henning Mankell son de lo mejor en el género policiaco. Su lectura, en el orden en el que aparecieron publicadas, nos permite ver cómo la violencia en Suecia se fue incrementado de forma exponencial. Esas novelas están en la serie Wallander, producida por los suecos -se puede ver en Film & Arts-. Al final de su vida, con un cáncer terminal, Mankell escribió en Arenas movedizas cómo La consagración de la primavera, de Stravinsky, en su estreno, y la versión en ballet de Pina Bausch, la gran bailarina, muchas décadas después, confirman que el arte es la más poderosa manifestación en contra de la barbarie: “La música de Stravinsky y la extraordinaria coreografía de Pina Bausch cuentan la historia de una época de guerras y, al mismo tiempo, de la capacidad humana para ofrecer una resistencia demoledora”.

  1. Dinamarca

No hay manera de asomarnos a la literatura danesa sin pasar por Hans Christian Andersen, el extraordinario cuentista autor, entre muchos otros, de “El patito feo”. Sin jugar a ser Freud, queda claro que el patito feo era él -como lo fue Charles Dodgson (Lewis Carroll) el autor de Alicia en el país de las maravillas. Su relato más conocido es “La sirenita”, que es la historia de una sirena que se enamora de un príncipe humano. “Era la última noche de respirar el aire que él respiraba y de ver el mar inmenso y el cielo estrellado; noche eterna, sin pensamientos ni ensueños para ella, que carecía de alma porque no pudo conquistarla”.

Karen Dinesen, la baronesa Blixen. Su primer libro lo firmó como Isak Dinesen, porque no quería que la juzgaran como mujer sino como escritor (sin género). Escribió también fantásticos relatos, como El festín de Babette, que relata como ningún otro texto la forma en que la comida puede volverse una obra de arte espiritual. Narró sus aventuras en el continente negro en Africa mía. “Yo tenía una granja en África, al pie de las colinas de Ngong”. Supo empatizar y describir a los masais, a los suajilis. Se ganó su respeto, porque supo respetarlos, sin dejar de ser una colonialista.

  1. Finlandia

Hasta que llegò a mis manos Litterature de Finlande de Kai Laitinen, me enteré de que la novela que leí en mi infancia con singular alegría, Sinuhé el egipcio, había sido escrita por un autor finés, Mika Waltari. “Yo, Sinuhé, hijo de Senmut y de su esposa Kipa, he escrito este libro. No para cantar las alabanzas de los dioses, porque estoy cansado de los dioses. No para alabar a los faraones, porque estoy cansado de sus actos. Escribo para mí solo”. Laitinen sugiere con precisión que Sinuhé narra el conflicto “entre idealismo y realismo cínico” que muestra el autor narrando la vida de Sinuhé, el trepanador real, en la época en que Amón-Ra instauró el monoteísmo en Egipto.

Mi primer muerto, de Leena Lehtolainen, es la primera novela que tiene como protagonista a la inspectora de policía Maria Kallio. Ya son 12 las novelas de la saga, aunque sólo la primera está traducida al español. Sin duda Kallio es la Wallander finlandesa. “A pesar de que aún estábamos en verano, el tintineo de los cables contra los mástiles de los barcos que se mecían en el muelle le daba a laa escena un aspecto otoñal. El mundo de Piia me hacía sentir frío por dentro”. Las novelas de Lehtolainen confirman la vitalidad del subgénero policiaco en la literatura de los países escandinavos.

Las literaturas de Islandia, Noruega, Suecia, Dinamarca y Finlandia tienen sabores exóticos, mucho frío, trabajo duro, así como pasiones que se esconden bajo una frialdad aparente. Tierras de géiseres -Islandia- y de saunas -Finlandia-, de lapones y Groenlandia -Dinamarca- de Björk y de Abba, de Sibelius y de pintores deslumbrantes como el noruego Edward Münch. Vale la pena asomarse. Son un mundo aparte. Sus obras estéticas son auroras boreales, paisajes no vistos en otros lares.

(*) Fuente: Texto republicado desde Masticadores, página nacida en Cataluña, que Jr Crivello dirige y con numerosos colaboradores en el mundo.

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