Las misteriosas pictografías de Cerro Colorado

Cerro Colorado, en Provincia de Córdoba, República Argentina (foto cordobaturismo.gov.ar )

  En el norte de la Provincia de Córdoba, en la República Argentina, sobrevive una abundante muestra de arte indígena. Alrededor de tres mil pictografías (imágenes pintadas en superficies rocosas) en los cerros Colorado, Veladero, Intihuasi y el Desmonte. Uno de los yacimientos arqueológicos de mayor densidad de imágenes en piedra del mundo. Aquí un texto y galería de imágenes de Cerro Colorado, como difusión y conocimiento de esa increíble cantera de un indescifrado arte rupestre de los pueblos comechingones y sanavirones que habitaron en la Córdoba septentrional hasta la llegada de los españoles en el siglo XVl.

Las misteriosa pictografías de Cerro Colorado (texto Esteban Ierardo, y galería con fotos de Jorge Ravazza y otras fuentes)

Subir la cuesta y avanzar entre las rocas color tostado, de cara a las sombras, o a los vehementes rayos del sol, causa fatiga. Pero el premio es el encuentro con un extraordinario patrimonio arqueológico en Cerro Colorado, lugar que exhala aire y huellas de otra cultura que vivió dentro de la naturaleza, con mucha agua, sierra, tierra y cielo en el cuerpo, muy diferente a los efluvios electrónicos inmateriales del mundo digital que cada vez demanda más nuestra atención.

En 1957, el área del Cerro Colorado (de 830 metros de altura) fue declarada «Parque arqueológico y natural»; se encuentra próxima a la localidad de Cerro Colorado, ubicada en el  cruce de los departamentos de Río Seco, Sobremonte y Tulumba. Su población es de 370 habitantes y se halla a 11 kms al oeste de Santa Elena, distante 160 kms al norte de la Ciudad de Córdoba (capital de la provincia homónima) por la Ruta Nacional N 9. En la localidad de Cerro Colorado funciona también el Museo Arqueológico de Cerro colorado. En una primera etapa, el estudio más importante de las figuras en el Cerro fue realizado por el escocés G.A. Gardner, y publicado por la Universidad de Oxford (1931) con el título “Rock-Paintings of North-West, Córdoba”. Asimismo, a 30 kms se encuentra el Museo Arqueológico de Villa María de Río Seco, donde se conservan algunas láminas del arqueólogo noruego Asbjorn Pedersen, luego nacionalizado argentino. A través de la técnica fotográfica del infrarrojo, Pedersen fotografió miles de imágenes del Parque de Cerro Colorado, y realizó más de 30 mil láminas tomadas de ciento quince aleros a lo largo de 20 años. De un entusiasmo incontenible, Pedersen también realizó importantes investigaciones en la Isla Victoria, en la Patagonia Argentina, y también estudió momias en la provincia de Salta.

   La zona del cerro Colorado, de tintes rojizos, estuvo habitado por la Cultura Ayampitín, aborígenes nómades cazadores. Pero a partir del año 500 llegaron desde el norte los comenchigones y sanavirones que, durante más de un milenio y hasta la llegada de los españoles, estamparon sus simbólicas imágenes, abstractas y figurativas, en el lienzo de las rocas.

Pictografías en Cerro Colorado (foto rupestreweb)

  En 1903, el escritor y poeta argentino Leopoldo Lugones (1874-1938) descubrió accidentalmente las pinturas de las sierras de areniscas rojizas de Cerro Colorado. Luego, llegó el investigador escocés G. A. Gardner. Aún hoy se desconoce el significado de buena parte de las imágenes rupestres. En la proximidad de Cerro Colorado, vivió en una casa que todavía existe, el famoso cantante y compositor de folklore argentino, Atahualpa Yupanqui (1908-1992).

Los pueblos sanavirones y comechingones plasmaron en las piedras, con colores blanco, negro y rojo, las representaciones de su cosmovisión, en un entorno de sierras, árboles, rocas, y ríos proclives a las crecidas, en medio de atardeceres y amaneceres de una profunda lujuria sensorial, que hoy nos es difícil evocar. Sus pinturas rupestres fueron realizadas en diferentes períodos, desde los siglos V al XVI d. C. Los aleros cobijan las representaciones de los primeros europeos en recorrer el hogar de los comechingones.

La etnia de los hênia y kamiare o «comechingones», llamaron la atención por su aspecto caucasoide (los varones eran barbudos ya en la pubertad), sus tallas altas para su época (aproximadamente 1,71 m en los varones) y con un porcentaje bajo de individuos de ojos grisáceos/verdosos. Esta peculiaridad, sumado al hecho de que algunas pictográficas de Cerro Colorado se asemejan a runas, difundió la sospecha de un origen (o al menos una fuerte influencia) vikingo. Pero no hay pruebas definitivas para demostrar esta suposición.  

Se encuentran más de 3000 muestras de arte rupestre consistentes en pictografías, imágenes pintadas en superficies rocosas, diferentes de los petroglifos, que son dibujos grabados o tallados en la roca por percusión, rayado o abrasión. La producción del registro pictográfico se extiende entre el 500 dc. hasta hace unos 400 años. Por eso las pinturas más modernas representan los conquistadores españoles como jinetes a caballo.

Dibujo, español a caballo , del libro
 » Rock Painting of north West Córdoba» G. A. Gadner (Oxford,1931) ( foto rupestreweb)

Las pictografías de Cerro Colorado remiten a figuras antropomorfas, zoomorfas, fitomorfas, o de objetos combinados, eventualmente, con signos geométricos o expresiones de situaciones cotidianas. Como forma de comunicación, el arte pictográfico procede del neolítico. en el que el hombre apelaba a las pictografías para representar objetos mediante dibujos en piedra. Entre las figuras zoomorfas en Cerro Colorado se destaca la fauna de la región como llamas, cóndores, yaguaretés; entre las formas humanas, guerreros nativos con arco y flecha y vistosos tocados de plumas en las cabezas y que cubren toda la espalda. Y el lugar adquiere la condición de patrimonio mundial por las representaciones de los conquistadores europeos montados a caballo o a pie, el testimonio del encuentro conflictivo entre dos culturas.

Los yacimientos rupestres pululan en el mundo. Una de las explicaciones habituales es que la significación de las pictografías, o de los petroglifos, es de carácter mágico-religiosa. Su propósito sería favorecer la caza en el contexto de una cueva-santuario, lugar excepcional, fuera de lo cotidiano. El entramado visual se concentra en zonas hondas de las cuevas, o en áreas externas y despejadas. La posible percepción del espacio cavernario, o de las laderas pintadas como parte de un templo, manifiestan también la integración de arte y religión.​ Es muy significativo, por ejemplo, además de Lascaux y Altamira, el arte rupestre en Cognac, y Chauvet, con las imágenes más antiguas hasta ahora, en Francia, aunque las pinturas aborígenes en rocas de la Tierra de Arnhem, en el Territorio del Norte, en Australia, podrían tener más de 50 000  años de antigüedad. Y también se debe recordar las pinturas de manos en la cueva Loltún, en México; o las de la Cueva de las Manos, con un pintura de manos de unos 9000 años, en la provincia de Santa Cruz, en la Patagonia argentina.

En los más de cien aleros de Cerro Colorado, se distribuyen las miles de pictográficas de los comechingones. El arqueólogo y antropólogo Rex González, Director del Museo Etnográfico de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, entre 1984 y 1987, investigó que los objetos naturales, incluyendo también figuras humanas, de mamíferos, insectos, reptiles y aves, es un 70 % del total conocido, y los motivos geométricos suponen un 14%. Otro 14 % no pueden identificarse.

Parte de una ladera de Cerro Colorado con pictografías (foto en rupestreweb)

Las figuras más frecuentes son hombres, guerreros armados de arco y flechas; y en menor medida hechiceros (con largos vestidos y al parecer enmascarados), y los conquistadores españoles, montados a caballo con sus armas (éstos representados de formas más realistas). Los mamíferos también se destacan como llamas (a veces, dispuestas en filas y con una cuerda al cuello que señalaría su domesticación), guanacos, pumas, ciervos, zorros, búhos, ñandúes, reptiles e insectos. Y, muy importante, cóndores representados en toda su majestad y poder. Algunos motivos geométricos circulares pueden ser tal vez la representación del sol.

Como en otras culturas de Latinoamérica, los colores pictográficos que abunda en Cerro Colorado son blanco, negro y, algo menos, rojo. Los comechingones eran un pueblo con grandes condiciones para la pintura, y también para la creación de adornos con caracoles que conseguían en su entorno y que los dedicaban después al intercambio.

En el 1600 d. C., la presencia comechingona se disuelve en la cultura criolla-española. Desde entonces, el silencio y el abandono roe al cerro y sus alrededores. Los cóndores, disminuidos, vuelan lejos y ya no tienen quienes, desde la firme aridez del suelo, los contemplen con asombro y veneración. Y tampoco están ya quienes se muevan entre los aleros y las cuevas para hacer de la piedra un lienzo en el que pintar figuras y símbolos que resistan la prepotencia del tiempo.

E.I

Cerro Colorado (foto hoydia.com.ar)

GALERÍA IMÁGENES CERRO COLORADO, uno de los yacimientos de pictografías más importantes del mundo (Todos las imágenes se pueden ampliar, sus procedencias están indicadas, y todas se pueden ampliar; cinco fotos fueron obtenidas por Jorge Ravazza, estudioso de las culturas precolombinas, en una visita al cerro )

Chamanes y cóndores (museoantropologia.unc.edu.ar)
El cóndor real en Cerro Colorado (museoantropologia.unc.edu.ar)
Animales y misteriosas figuras geométricas (Foto en web cordobaturismo.gov.ar )
Representación de animales (Foto en pagina Hoy día Córdoba)
Guerreros, la imagen de la izquierda parece repetirse sus piernas como si se quisiera transmitir la sensación de movimiento (Foto surenio.com.ar)
(Foto Jorge Ravazza)

Chamán (Foto http://www.surenio.com.ar)
Animal atado, señal de domesticación.(foto lmdiario.com.ar)
Figuras geométricas (Foto Jorge Ravazza)
Chamán(Foto en micórdobaargentina)
Jinete, representación de los españoles en el siglo XVI (Foto Jorge Ravozza)

Motivos geométricos (Foto Jorge Ravazza)
Misteriosa figura geométrica (Foto en web cprdpbaturismo.gov.ar )
Chamán ante dos círculos (Foto Wikimedia Commons)
La mano de Jorge iluminada por el sol ante jinete español (Foto Jorge Ravazza)

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