La figura vanguardista de Oliverio Girondo

Por Pedro Sánchez Casabé

Oliverio Girondo (1891-1967) poeta argentino de vanguardia porteña de los años 1920.

Oliverio Girondo es parte de la festiva fuerza superadora de convenciones de la vanguardia del grupo Martín Fierro. En el clima cultural de la Argentina de los años 1920, la experiencia lúdica y creadora girondiana se resuelve en gozosa y asombrada experiencia poética del paisaje urbano, una «percepción diferenciada de la vida corriente».

Y Pedro Sánchez Casabe, autor de este artículo, y como parte de la recuperación del arte y su gesto vanguardista, nos sugiere: «Si en la aceleración digital hemos perdido la capacidad de comprender al mundo creando significado, será en el arte rupturista donde quizás podamos volver a contactar con una percepción sensible, táctil: una percepción creadora de otros mundos, otras significaciones y otras estéticas».

La figura vanguardista de Oliverio Girondo: alegoría de una poética de la exaltación para una elaboración perceptiva sensible, por Por Pedro Sánchez Casabé (*)

La figura vanguardista de Oliverio Girondo: alegoría de una poética de la exaltación para una elaboración perceptiva sensible

La idea de reconciliar el arte con la vida, la valoración de una sensibilidad nueva que nos descubra otras formas de expresión del mundo exterior: “hacerse salvajes” en una poética de la evasión que nos permita escapar de una sociedad insoportable (De Micheli, 1966). Las representaciones exaltadas del presente permiten desarmar ese orden imperante para hondar en la “materia viva oculta” (Muschietti; 1985) y responden a lo que Delfina Muschietti nos acerca como dos posibles lecturas de la obra girondiana: como “exclusión de toda mirada artística generada por el poder de los instituido”, o bien como “apropiación jubilosa de aquellos que leen desde la marginalidad de toda vanguardia” (ídem, 1985: 169). Podemos advertir en Girondo algunas pretensiones de aquellas vanguardias europeas de principios de siglo que aborda De Micheli, imbuidas de un romanticismo cuya premisa de libertad creadora lleva inscripta la idea de un verdadero “fluir” del mundo interior hacia el mundo exterior: ideal del sujeto creador romántico. Estos artistas europeos que abandonan el terreno de su clase, desplegarán la verdadera “alma revolucionaria de la vanguardia” (De Micheli, 1966) en lo que Mario De Micheli advierte como un nuevo terreno histórico, que pondera la salvación a través de la presencia activa del artista en la realidad (también ídem, 1966). Las pinceladas de un escenario urbano sobre el que Girondo ejercerá el derecho común a la percepción (Sarlo, 1988), obrarán de elocuente ejemplo en el poema “Apunte Callejero”.

Retornemos: ¿por qué afirmamos que Girondo es el más vanguardista del grupo Martín Fierro?: Estamos ante la presencia de una obra que se burla del proyecto cultural de su propia clase (Muschietti, 1985 y Schwartz, 1983). Convergen en Girondo una estética idealista heredada y una estética materialista, un “arte de carne y hueso” con elementos de ambivalencia: “Reintegrar la literatura a la praxis de la vida” (Muschietti, 1985). Se trata de una propuesta rupturista que busca escandalizar y “jugarle bromas pesadas al burgués” (De Micheli, 1966) no solo en el cuestionamiento de sus valores morales en tono irreverente, sano ejercicio de ridiculización y falta de respeto que “abre para la poesía argentina el espacio de lo prohibido” (Muschietti, 1965: 167). No pretendemos abrumar con un un bombardeo de conceptos prestados de nuestros autores críticos, pero son pertinentes para el análisis de “Biarritz” dos ideas: la “repulsión activa” de la poética vanguardista (De Micheli, 1966) y la idea del propio Girondo de abordar lo “Sublime” con tono burlezco e ironizador. “Hombres con baberos de porcelana. Un señor con un cuello que terminará por estrangularlo. Unas tetas que saltarán de un momento a otro de un escote, y lo arrollarán todo, como dos enormes bolas de billar” (Girondo, 1968). Serán éstas líneas y otras por él estilo las que llevarán a Borges a tildarlo de “humorista” para excluirlo de la poesía. En realidad, lo que observamos es una verdadera ruptura con la moral de la elite fundadora del grupo Martín Fierro: la leemos como un acto de auténtica vanguardia que se mofa del “bienpensante” europeo (o en éste caso, de una elite que, al mirarse al espejo, se reconoce europea) (De Micheli, 1966).

A partir de una mirada estética que no trasciende, sin embargo, “la naturaleza de lo que está ahí” (Sarlo, 1988), se abreva en una percepción diferenciada de la vida corriente.  Queremos poner el ojo en el manifiesto del mencionado grupo Martin Fierro como documento programático y combativo, que asume los riesgos de toda vanguardia al tomar posiciones controversiales. Una verdadera “exhortación a la acción” sobrevuela sus consignas fundamentales. La oposición a “la incapacidad de contemplar la vida sin escalar las estanterías de las bibliotecas” (Manifiesto de “Martín Fierro”, ) convoca precisamente a la intervención del sujeto confiando en sus atributos interiores para percibir el mundo exterior; acto que solo el posible si nos liberamos de las “telarañas” que la costumbre nos ha construido sobre las pupilas. Una potencia creadora heredera de una concepción romántica en una clave nueva, disruptiva, inquietante y ante todo moderna.


Hemos abrazado éstas líneas que abren una nueva forma de percibir que golpea la mirada devaluada del lector en un acto de extrañamiento que nos remite al formalismo ruso. La evocación de un paisaje urbano exaltado, la temporalidad sincrónica y por momentos desordenada convierten a la lectura de los textos en un verdadero carnaval para el lector. El efecto alcanza su punto máximo en apunte callejero, donde podemos fundirnos con el paisaje urbano que nos pinta Girondo: “Pienso en donde guardaré los kioscos, los faroles, los transeúntes, que se me entran por las pupilas. Me siento tan lleno que tengo miedo de estallar…” (Girondo, 2012: 63). Nos embarcamos en un viaje a través de ese paisaje urbano donde hay un sujeto abrumado, que se funde con la modernidad. Fundirse con la modernidad, con el paisaje que habitamos y el presente que nos rodea a través de la percepción. Por eso hemos elegido la obra de Girondo desde una perspectiva que por momentos roza la crítica literaria, pero que abreva en una comprensión del efecto rupturista de toda vanguardia estética. Y rescatamos las virtudes de una poética que interpele, verdadera cachetada que exalta una modernidad abrumadora. Allí donde el sujeto se ve reducido por la urbe a un mero elemento constitutivo del paisaje (desde lo cromático, pensemos en la “familia gris” que inaugura Apunte Callejero) se opera a través de una reducción del presente para reproducirlo como bello, novedoso.


En una época donde la vida transcurre por y para la pantalla y las plataformas, tal vez sea el tiempo de volver a la operación vanguardista como “cachetada” que vuelva la mirada a una elaboración perceptiva triturada por las redes. Si en la aceleración digital hemos perdido la capacidad de comprender al mundo creando significado, será en el arte rupturista donde quizás podamos volver a contactar con una percepción sensible, táctil: una percepción creadora de otros mundos, otras significaciones y otras estéticas. Recuperar el extrañamiento girondiano, para volver a advertir los destellos del presente desde una poética que nos descoloque.

(*) Este texto de Pedro Sánchez Casabé fue realizado en el contexto de la materia Principales Corrientes del Pensamiento Contemporáneo en la Universidad de Buenos Aires, en junio de 2024.

Bibliografía:

De Micheli, Mario (1966). Los mitos de la evasión. En “Vanguardias artísticas del siglo xx”. Pags. 45-64. Madrid, Alianza Editorial.

Girondo, Oliverio (1968) Veinte poemas para ser leídos en el tranvía. En “Oliverio Girondo. Obra. Poesía y prosa”. Pags. 47-88. Buenos Aires, Losada.

Groys, Boris (2016) Modernidad y contemporaneidad: reproducción mecánica versus digital. En “Arte en flujo. Ensayos sobre la evanescencia del presente”. Pags. 155-165. Buenos Aires, Caja Negra.

Muschietti, Delfina (1985). “La fractura ideológica en los primeros textos de Oliverio Girondo”, Filología, núm. 20.1, 1985, pp. 153-169.

Sarlo, Beatriz (1988) Modernidad Periférica. Buenos Aires entre 1920 y 1930. Pags. 62-67. Buenos Aires, Nueva Visión.

Shwartz, Guillermo (1993). Veinte Poemas, un texto carnavalesco. En “Vanguardia y Cosmopolitismo en la Década del veinte. Oliverio Girondo y Oswald de Andrade”. Pags. 139-174. Rosario, Editora Perspectiva.

Manifiesto de “Martín Fierro” [Publicado en revista Martín Fierro, 1924, 15 de mayo de 1924, Buenos Aires, pp. 1-2]

Obra completa de Oliverio Girondo, ed. Galaxia Gutenberg /Círculo de Lectores.

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