Por Roberto Pereira

Uno de los grandes ensayos sobre el siglo XX fue escrito por un notable filósofo español. Sobre esto, el autor de este artículo afirma: «En el umbral del siglo XXI, la obra de José Ortega y Gasset, La rebelión de las masas, emerge como un faro intelectual que ilumina los dilemas de una sociedad globalizada, fragmentada y, en no pocas ocasiones, desorientada. Publicada en 1930, esta obra no solo capturó el espíritu de una época marcada por la crisis de las democracias liberales y el ascenso de los totalitarismos, sino que también anticipó con notable perspicacia los desafíos que hoy enfrentamos en un mundo cada vez más interconectado pero también más polarizado».
José Ortega y Gasset y el desafío de la modernidad en «La rebelión de las masas», por Roberto Pereira (*)
En un mundo donde la opinión pública se impone sobre el conocimiento, José Ortega y Gasset advertía sobre el peligro de una sociedad gobernada por la mediocridad. «La rebelión de las masas» no es solo un diagnóstico de su tiempo, sino un llamado de atención para el nuestra. La masificación, lejos de significar progreso, amenaza los valores que sostienen la civilización. ¿Cómo evitar que el dominio del hombre-masa diluya la cultura y el pensamiento crítico?


Imágenes DALL-E de OpenAI
La rebelión de las masas: una reflexión orteguiana ante los desafíos de la modernidad tardía
En el umbral del siglo XXI, la obra de José Ortega y Gasset, La rebelión de las masas, emerge como un faro intelectual que ilumina los dilemas de una sociedad globalizada, fragmentada y, en no pocas ocasiones, desorientada. Publicada en 1930, esta obra no solo capturó el espíritu de una época marcada por la crisis de las democracias liberales y el ascenso de los totalitarismos, sino que también anticipó con notable perspicacia los desafíos que hoy enfrentamos en un mundo cada vez más interconectado pero también más polarizado. Ortega y Gasset, con su prosa elegante y su agudo análisis, nos invita a reflexionar sobre el fenómeno de la masificación, la erosión de los valores universales y el papel de las élites en la preservación de la civilización. En este ensayo, exploraremos cómo las ideas de Ortega y Gasset resuenan en la sociedad contemporánea, ofreciendo una crítica profunda a la modernidad y una advertencia sobre los riesgos de la mediocridad institucionalizada.
El concepto central de La rebelión de las masas es el del «hombre-masa», una figura que, según Ortega y Gasset, ha surgido como resultado de los avances tecnológicos y el bienestar material propios de la modernidad. Este hombre-masa no se define por su posición social o económica, sino por su actitud ante la vida: es un individuo que se siente satisfecho con su existencia, que no aspira a superarse ni a cuestionar el statu quo, y que, al mismo tiempo, exige derechos sin asumir responsabilidades. Ortega y Gasset lo describe como un «niño mimado» de la historia, alguien que disfruta de los frutos de la civilización sin comprender los esfuerzos que hicieron posible su existencia. En la sociedad contemporánea, este fenómeno se manifiesta en la creciente desafección política, el consumismo desenfrenado y la banalización de la cultura, donde lo efímero y lo superficial parecen predominar sobre lo profundo y lo trascendente.
Uno de los aspectos más inquietantes de la rebelión de las masas es su impacto en la política. Ortega y Gasset advierte que, cuando el hombre-masa se convierte en el protagonista de la vida pública, el resultado es la mediocridad institucionalizada y el ascenso de los populismos. En un mundo donde las redes sociales y los medios de comunicación masivos amplifican las voces de la multitud, las decisiones políticas tienden a ser guiadas por emociones inmediatas y no por un análisis riguroso de los problemas. Esto ha llevado a una polarización social sin precedentes, donde el diálogo constructivo es reemplazado por la confrontación y el desprecio hacia quienes piensan diferente. El filósofo español nos recuerda que la democracia, para ser verdaderamente funcional, requiere de ciudadanos informados, críticos y comprometidos con el bien común, no de masas manipulables que buscan soluciones simples a problemas complejos.
Otro tema central en la obra de Ortega y Gasset es la pérdida de los valores universales y el declive de las élites. Para el autor, las élites no son un grupo cerrado o heredado, sino aquellos individuos que, gracias a su esfuerzo y dedicación, han alcanzado un nivel de excelencia en su campo y están comprometidos con la preservación y el enriquecimiento de la cultura. Sin embargo, en la sociedad contemporánea, las élites han perdido su autoridad moral e intelectual, ya sea por su incapacidad para adaptarse a los cambios o por su complicidad con un sistema que privilegia el beneficio económico sobre el bienestar colectivo. Esto ha creado un vacío que ha sido llenado por líderes populistas y demagogos, quienes aprovechan el descontento de las masas para consolidar su poder. Ortega y Gasset nos advierte que, sin élites capaces de guiar a la sociedad, el riesgo de que la civilización se degrade es inminente.
Frente a este panorama desalentador, ¿cómo podemos evitar que la rebelión de las masas devore los fundamentos de la civilización? Ortega y Gasset no ofrece soluciones simples, pero su obra nos invita a recuperar el sentido de la responsabilidad individual y colectiva. En primer lugar, es necesario fomentar una educación que no se limite a transmitir conocimientos técnicos, sino que también cultive el pensamiento crítico, la sensibilidad estética y el compromiso ético. En segundo lugar, debemos revalorizar el papel de las élites, no como una casta privilegiada, sino como un grupo de individuos comprometidos con la excelencia y el servicio a la comunidad. Finalmente, es urgente recuperar el diálogo como herramienta para resolver conflictos y construir consensos, en lugar de recurrir a la imposición o la violencia.
Así, La rebelión de las masas es una obra que, casi un siglo después de su publicación, sigue siendo profundamente relevante. Ortega y Gasset nos ofrece una crítica lúcida y penetrante de la modernidad, alertándonos sobre los peligros de la masificación, la mediocridad y el populismo. En un mundo cada vez más complejo y fragmentado, su llamado a la responsabilidad individual, al cultivo de la excelencia y a la preservación de los valores universales es más necesario que nunca. Solo si somos capaces de escuchar su mensaje y actuar en consecuencia, podremos evitar que la rebelión de las masas termine por destruir los cimientos de nuestra civilización.
(*) Fuente: Este texto fue publicado originalmente en Masticadores, página nacida en Cataluña, que Jr Crivello dirige y con numerosos colaboradores en el mundo.

