Espacios espirituales: de la capilla Rothko y el volcán de Turrell a la biblioteca Satori Harbor, ejemplo de la arquitectura china contemporánea.

Texto y Galería

Por Esteban Ierardo

Arriba, izquierda, visión parcial interior Capilla Rothko; arriba derecha, abertura cono y escalera en Roden crater; abajo, izquierda, estantería Biblioteca Sartori Harbor; abajo derecha, gruta dentro de biblioteca.

El arte genuino enriquece la experiencia sensible. Los caminos para esto son tan amplios y diversos como la propia historia de la creación artística. En el siglo XX y XXI son muchos los ejemplos que pueden encontrarse de una trascendencia sensorial por lo artístico, y sin necesidad de ninguna inmersión virtual. En este caso elegimos tres ejemplos, por un lado la Capilla Rothko, con sus lienzos monocromos que inducen a la contemplación y la introspección; el Roden crater del volcán extinto en Arizona, del artista James Turrell modelado para la contemplación espiritual de cielo; y la biblioteca Satori Harbor en Guangzhou, del importante estudio Wutopia Lab, referente de la arquitectura china contemporánea.

La Capilla Rothko es punto de encuentro entre el arte y una actitud religiosa no confesional. Un santuario espiritual creado por John y Dominique de Menil, en 1971, en Houston, Texas; un espacio de contemplación y oración más allá de cualquier culto religioso particular. La atmósfera que insufla una energía meditativa se inspira en las especiales pinturas de Mark Rothko (1903-1970). El pintor de origen ruso, se crió en una familia judía atea, y recibió influencias del misticismo, el mito y el arte cristiano. Rothko admiraba a Rembrandt y Turner, y los paisajes “sublimes” del romanticismo. 

 Uno de sus últimos encargos fue una capilla interreligiosa. Sus pinceladas plasmaron lienzos inmersos en el campo de color, superficies monocromas con una variedad cromática apenas perceptible, al tenor del movimiento abstracto del neo-expresionismo norteamericano. Pintura que hace presente lo irrepresentable, el fondo abismal del trajín diverso y tumultuoso del mundo. Rothko expresó: «El arte es una aventura hacia un mundo desconocido, que sólo pueden explorar quienes estén dispuestos a correr el riesgo».

 Su apertura a la espiritualidad consta en sus escritos en The Portrait and the Modern Artist. Rothko artista recibió la propuesta de los De Menil para crear el ambiente de una capilla interreligiosa, que también funcionaría como museo y foro, ámbito para un saber de las distintas tradiciones espirituales, ceremonias de diversos credos. Rothko colaboró con ahínco con los arquitectos (entre los cuales se encontraba Philip Johnson), a fin de crear una planta octogonal con un recinto central de una capilla propicia para la meditación con luz cenital. El edificio de ladrillo con su forma de octágono irregular muestra paredes de estuco gris o rosa. En su interior, libros sagrados de varias religiones están a la mano, y en sus paredes se disponen catorce grandes lienzos monocromos nacidos de la inventiva abstracta de Rothko, siempre imbuida de una intencionalidad espiritual. La serie de pinturas de color negro fue pintada entre 1964 y 1967. La sala se amuebla con ocho bancas simples y portátiles. Tres paredes exhiben trípticos, en tanto que otras cinco sostienen pinturas individuales. ​

Fuera de la capilla, en un estante reflejante diseñado por Philip Johnson, se yergue la escultura de una gran amigo de Mark Rothko, Barnett Newman, Broken Obelisk. Inspirado en la capilla, el músico Morton Feldman compuso Rothko Chapel (1971). Luego de su experiencia meditativa en la capilla, Peter Gabriel nombró una de sus canciones «Fourteen Black Paintings». En 1986, monjes tibetanos Gyuto tántricos ejecutaron cantos armónicos en la capilla.

Para escuchar: Morton Feldman Rothko Chapel

Peter Gabriel: «Fourteen Black Paintings»

El volcán de Turrell

El cráter Roden asoma como un magnético túmulo en la inmensidad desértica. Un extinto cono volcánico con un cráter que se ubica a aproximadamente a 50 millas al noreste de la ciudad de Flagstaff, en el norte de Arizona. James Turrell compró la rareza geográfica abandonada de 4000.000 años de antigüedad. Turrell, nacido en 1943 en California, es notorio exponente de la creación de espacios perceptivos mediante la luz, enmarcado dentro del Land Art.

El Land art, arte ambiental, arte de la Tierra, fue propuesto inicialmente por Robert Smithson. El paisaje y la obra de arte se hermanan. Sus materiales expresivos provienen de la naturaleza (madera, tierra, piedras, arena, viento, rocas, fuego, agua, etc.). La obra se gesta en un lugar donde el artista interviene desde un cruce entre escultura y arquitectura y arquitectura del paisaje. Por lo general, las obras del Land art pertenecen a la exterioridad del ambiente, expuestas a los cambios y erosión del entorno natural. Por ende, muchas han desaparecido dejando solo como vestigio de su existencia un registro fotográfico/fílmico. Las primeras obras del Land Art fueron concebidas en los años setenta en los paisajes  desérticos del Oeste estadounidense.  

En la década del 60′, Turrell instruyó a jóvenes para que no se alistarán para ir la Guerra de Vietnam. Esto le significó un año de prisión. Luego, hizo un máster en artes en la Universidad de California. En la década del 70′ comenzó a formarse como artista de la luz. Estimaba que el arte es solo un «objeto artístico», no una llamada obra de arte, sino una experiencia sensorial amalgamada a la percepción visual.​ Le sedujo la posibilidad de un lenguaje artístico universal, como medio de exploración de una trascendencia metafísica y espiritual. En este rumbo acusó la influencia, por ejemplo, del suprematismo de Kazimir Malévich o la experiencia plástico-abstracta de Piet Mondrian y Theo van Doesburg. Abrazó la luz y el espacio como vías de expansión de los niveles sensoriales. Como Mark Rothko o Barnett Newman, Turrell ansía conducir al espectador a un estado contemplativo. Por la luz, y su contraste con lo oscuro, o las formas cerradas, Turrell quiere contribuir a una alquimia expansiva de la conciencia perceptiva.

 Desde la compra del pequeño volcán abandonado en 1979, en el Desierto Pintado de Arizona, Turrell lo ha transformado en su estructura natural para convertirlo en un observatorio a simple vista, con el propósito de ver y experimentar la luz del cielo, el sol y los fenómenos celestiales, los solsticios de invierno y verano. 

En 2019, Turrell se asoció con la Universidad Estatal de Arizona para el «Proyecto Cráter ASU-Roden» en ASU, también con la colaboración con el Instituto Herberger de Diseño y Artes, para promover la interdisciplinariedad entre las artes y las ciencias. El cráter Roden es parte de su plan de estudios. 

James Turrell busca que la percepción del cielo a través de la abertura del cono del volcán «cambie la forma en que percibimos el mundo». El impacto de la visión del cielo se produce luego de que los visitantes caminan a través de un túnel que lleva a una cámara interior y, a la salida de ésta, surge un nuevo espacio y un escalera cuyos peldaños ascienden hasta el borde del cráter de cara a la radiante luminosidad del cielo.
Mediante la transformación del volcán, mediante una obra hecha dentro de la naturaleza, Turrell regresa al arte prehistórico megalítico y excita una conciencia de pertenencia a la inmensidad del espacio natural. Por eso Turrell ha manifestado que Roden Crater posee un estrecho vínculo con la astronomía y la cosmología. Los visitantes que arriban a la salida del volcán vuelven a experimentar la relación entre la Tierra y el universo, que los resitúa en una realidad mayor no percibida en el encierro dentro de las ciudades.

La biblioteca Satori Harbor

El arte de la arquitectura de la China del siglo XXI adquiere proporciones inmensas y creativas. Y la mentalidad ancestral china reaparece a través del diseño arquitectónico. Un ejemplo es la obra de Yu Ting, fundador y arquitecto jefe del estudio Wutopia Lab. En la ciudad de Guangzhou, una de las tres ciudades más grandes de China, Wutopia Lab ha diseñado una «entidad biblioteca», central en la imaginación borgiana, por ejemplo, como un espacio de transformaciones simbólicas y de inmersión en una experiencia trascendental y espiritual. Por un lado, la biblioteca que se emplaza en dos pisos de VIPshop, empresa especializada en ventas con descuento en línea, se convierte en una suerte de «ciudad portuaria abstracta», ciudad surrealista, existente en la imaginación y en su realidad física, en la que que los lectores deambulan o «navegan» hacia la iluminación y liberación. La palabra Satori es un momento de no-mente y de presencia total, término del budismo zen para la iluminación que de China pasó a Japón.  

El avanzar dentro de la biblioteca es una experiencia simbólica: atravesar un túnel oscuro antes de llegar a la «ciudad biblioteca» en los pisos 18 y 19 del edificio de la sede de VIPshop. No es fácil encontrar el camino. Al final del túnel, una gran cúpula de sonido permite escuchar las olas, como si se estuviera en el puerto ante el mar.
Dentro de la ciudad biblioteca hay salas de libros raros, y de conferencias. Los salones remiten a un ámbito donde, como los niños, se puede jugar y explorar a su manera. La biblioteca incluye una galería de arte. Luego del túnel, al entrar, se ve una enorme vela roja, que alude al puerto y el mar y, más allá, una ventana como imaginaria proa, desde la que se puede contemplar el río Pearl que fluye silenciosamente por debajo. Las 13 estanterías de la biblioteca «flotan» también sobre las aguas colindantes al puerto de la ciudad. En la Era de los Descubrimientos, el puerto simboliza camino abierto hacia la riqueza y la aventura.

Yu Ting renunció a todos los materiales y colores que distraen y dispersan. La biblioteca de 2000 metros cuadrados se unifica con un estuco beige. Su color claro induce serenidad, regocijo espiritual.

Dentro de la «biblioteca puerto y ciudad», Yu Ting crea una gruta, instalación sin espacio ni tiempo, sin arriba y abajo, sin frente y atrás. Lugar de desorientación primero y, luego, de gradual ingreso en la meditación que une cielo y la tierra. Sitio desemejante donde olvidar, espacio que sobrepasa el tiempo.

La biblioteca concebida como imaginaria barca con velas rojas, con proa, y cerca del puerto, es espacio simbólico de navegación por los océanos con espíritu de aventura, por la fuerza misma de los libros que siempre abren a otros paisajes, a otros tiempos. Biblioteca Satori, entre real e imaginaria, singularidad arquitectónica china para romper amarras con el materialismo y liberar el espíritu que se aventura al mar inmenso.

La Capilla Rothko, el volcán observatorio de la luz y el cielo de Turrell, la biblioteca simbólica china. Formas artísticas de incitar la percepción de espacios espirituales, lugares de salida del veloz siglo XXI.

GALERÍA (todas las imágenes se pueden ampliar)

Capilla Rothko

Capilla Rothko (Wikipedia)
Dentro de la Capilla Rothko (travesiasdigital.com)
Tríptico Capilla Rothko (finestresullarte)
(Foto en despiertaymira)
Momento de contemplación
(Foto en adviento.org)
El obelisco de Barnett Newman (Foto en despiertaymira)
El pintor Mark Rothko, junto a una de sus pinturas (Foundation Louis Vuitton)

El cráter Roden de James Turrell

Vista de Roden Crater, en el desierto de Arizona
Salida cono de volcán
Escalera dentro de cono de volcán
Vista del cielo

Otra vista del cielo
Túnel hacia escalera y contemplación del cielo
James Turrell

La biblioteca Satori Harbor en Guangzhou del importante estudio Wutopia Lab

Túnel hacia biblioteca
Cortinas rojas; velas rojas del navío biblioteca
Dentro de biblioteca
Dentro de biblioteca
Corredor y estanterías
Vista frontal estanterías
Gruta
Biblioteca en los pisos 18 y 19 del edificio de la sede de VIPshop, en ciudad china de Guangzhou.
Yu Ting

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