Viejos movimientos religiosos reciclados en el siglo XX y XXI (parte 1)

Por Sergio Fuster 

IA Gemini

En el siglo XX y en el siglo en curso, algunos movimientos religiosos se reacomodan al complejo mundo contemporáneo y, parcialmente, se modifican en este movimiento adaptativo. Sergio Fuster, habitual colaborador en La mirada de Linceo, ahora nos invita a perseguir la estela de varios de esos movimientos en el tecnomundo global, movimientos occidentales u orientales, posprotestantes milenaristas, gurúes, espiritistas, hasta el uso de drogas. Distintas formas, quizás desesperadas, de búsqueda de sentido.

En este caso no coincidimos en todo con las afirmaciones del amigo Fuster, pero eso es ya parte de la interpretaciones libres de los lectores.

EL SIGLO XX HA SIDO UNA ÉPOCA de una complejidad tal que resulta de difícil definición. Entre el variopinto crisol de manifestaciones que se encuentran en constante transformación aparece la lectura de un renacimiento espiritual con sello propio. Quizás este fenómeno fue debido a la globalización colonialista cuyos inicios se pueden rastrear hacia el comienzo de la modernidad y su contacto cultural y económico con regiones desconocidas en el mundo hasta ese momento. Por otra parte, la excesiva razón y el materialismo político y científico que atravesó a los últimos siglos, así como los avances técnicos e industriales hicieron visible la necesidad de una renovación en un sentido contra moderno.  

     Esto, sin duda, no permaneció ajeno al avance histórico de la religión y sus formas de mostrarse entrelazado con identidades renovadas donde lo ancestral se conjuga extrañamente con lo técnico, con lo científico, con lo filosófico, con lo literario y con lo político, dando a luz toda una nueva mitología que interjuega en dos direcciones: entre revelar el secreto de lo numinoso subsumido en una profana sociedad de consumo y, al mismo tiempo, pretender sostener su impenetrable misterio.  

    Un término que en los estudios contemporáneos se ha hecho corriente, tanto en antropología como en sociología de la religión, es la expresión “Nuevos movimientos religiosos” (NMR). Esta designación se aplicó mayormente en Occidente para definir a un conjunto de factores de masas “espiritualistas” emergentes difíciles de aprehender y que se hicieron evidentes a mediados del siglo pasado.  

    Estos movimientos se han clasificado geográficamente de la siguiente manera. En primer lugar en Europa presenciamos un avivamiento de la “religión pagana” (Wicca)[1], además de diversas escuelas esotéricas como “Dragón Rojo”; “Aurora Dorada”; “Menfis Mizraim” y “Orden de Hermes”, asimismo del satanismo europeo en todas sus formas [2]. En segundo término en los Estados Unidos surgen expresiones que se catalogan por el interés creciente en las sabidurías asiáticas (el auge de gurus como Krishnamurti, Sathya Sai Baba, Osho, etc.), sumado al fenómeno del satanismo norteamericano de Antón LaVey[3], hasta movimientos cristianizados como los cultos posprotestantes (“Adventistas del Séptimo Día”, “Mormones” y “Testigos de Jehová”). Vemos además a grupos carismáticos católicos, evangélicos e islámicos africanos (por ejemplo, el pentecostalismo, la Teología negra y la “Nación del Islam”, cuyo miembro más famoso fue Malcolm X, entre otros), espiritistas y el surgimiento de la New Age (“Nueva Era”). Tercero, en América Latina se desarrolla la Teología de la liberación y ante el vacío que esto trajo se observó cómo contra reacción un reavivamiento de evangelismos duros como la Iglesia Universal (Obispo Macedo) quienes siguen la llamada “teología de la prosperidad” acumulando cuantiosas riquezas a costa de prometerles abundancia económica a sus fieles si son desprendidos con sus iglesias, y otras especificaciones como la religiosidad popular, el africanismo y el interés por los rituales aborígenes chamánicos (como, por ejemplo, las crónicas de Carlos Castaneda con su maestro Don Juan). 

En realidad, esta denominación NMR empezó a utilizarse debido a que en la década del ‘60 al ’80, dicho fenómeno sacro-social se hizo más que evidente, pero sin duda, son expresiones cultuales mucho más antiguas y que aún hoy están presentes. No obstante, hay que ubicarlos en contexto. 

    La posguerra. La Guerra Fría. El inicio de la Era nuclear. El avance de la ciencia y la técnica. La carrera espacial [4]. El primer hombre en la Luna. El fenómeno OVNI y su vasta mitología. La hegemonía del psicoanálisis. El avance del ateísmo. El crecimiento de una Nueva Izquierda en América Latina, como la Revolución cubana y las guerrillas urbanas. La Guerra de Corea y de Vietnam, etc. Todos estos factores propiciaron una ola de protestas y de “destape” acerca de la precariedad del mundo al que las generaciones más jóvenes se enfrentaban (el “Mayo del ’68” en París y el “Cordobazo” en nuestro país, fueron clásicos de estos tiempos, asimismo los movimientos “Beats” como por ejemplo el nacimiento en Argentina del Rock Nacional como canciones de protesta y el avance de las Dictaduras militares). Es decir, la imposibilidad de un proceso revolucionario romántico al estilo de las grandes gestas dentro de un “capitalismo avanzado”, como bien señaló Marcuse, dio un giro hacia la búsqueda discursiva de revoluciones interiores.  

     Ya desde los textos de Helena Blavatsky con su Doctrina secreta, la Antroposofía de Rudolf Steiner y el “Cuarto camino” de George I. Gurdjieff, entre otros, se pusieron los fundamentos para una “nueva visión” espiritual del mundo.  Después de la Guerra los escritos de Louis Pauwels y Jacques BergierEl retorno de los brujos, y la edición de la revista Planet establecieron los principales parámetros para este nuevo contexto. Exponían el temor creciente al alcance de las nuevas tecnologías a través de un incremento del interés por lo oculto. Autores como Hermann Hesse, Aldous Huxley, Alan Watts y Carl G. Jung, fueron adalides de una nueva etapa a la que confrontaban. La aceleración del mundo causó como contra reacción la búsqueda de su detención en la subjetividad de las técnicas meditativas orientales. Oriente se capitalizaba y Occidente resignificaba y readaptaba las antiguas tradiciones ancestrales para el hombre consumista bajo el paraguas de la New Age.  

     Por otra parte, el proceso de secularización dio como consecuencia la búsqueda de un nuevo cientificismo que intenta unir ciencia y fe como muestra de un retorno a lo sagrado. El descubrimiento de la física relativa y la mecánica cuántica ponía en tela de juicio el paradigma cartesiano y newtoniano, así como una marcada tendencia al individualismo (asimismo el boom del psicoanálisis estructuralista lacaniano con su “ficción del yo”), bajo el lema “me ilumino solo como vivencia personal”. Lo que para algunos era una desintegración de los valores de la modernidad, hizo que en no pocos sectores la gente volviera a los sostenes sagrados y a un intento de encuentro con lo primitivo y con la naturaleza [5]. El esoterismo en el mundo del consumo y del capital descubrió ser ahora un sabroso negocio y nuevas corrientes teológicas contribuyeron a este revival [6].   

    Pero para estudiar este fenómeno en el siglo actual, hoy en retroceso y trasformación, vamos a adentrarnos en cuatro dimensiones reductivas, pero que posibilitaran un abordaje más ordenado. Estas dimensiones son las siguientes: 1) la búsqueda de sofismos neo-orientales; 2) el interés por las experiencias místicas a través de alucinógenos; 3) el aparecimiento mediático de grupos posprotestantes milenaristas y, por último, 4) la revalorización de lo sagrado como vivencia por medio del ocultismo y los fenómenos espiritistas y carismáticos (católicos y protestantes). 

LOS SOFISMOS NEO-ORIENTALES

Hare Krishna(foto Tripadadvaisor)

La primera dimensión podemos definirla como un interés por las ideas místicas orientales recicladas para el hombre moderno en forma de “terapias”, lo que incluye algunas variantes de las religiones de la India como el Vedanta-yoga y el Budismo [7]. Esto se mostró también cuando surgieron “sectas” o “grupos de cooptación a través del control mental” donde mezclaban los nuevos adelantos de la ciencia y de la psicología con la propaganda goebbeliana y con vertientes asiáticas.  

    Encontramos en primer lugar a los “Hare Krishna” o “Consciencia de Krishna”. Una religión estadounidense con raíces en la India (1400 e. C.). Fue fundada por un gurú vaisnava Kantaya, que se lo consideró un avatara de Krishna, estableciendo un culto sensual y artístico. Sus inicios contemporáneos pueden situarse en 1892 en la obra de Bhaktivedanta Swami, conocido más tarde como Sri Prabhupada [8], un maestro espiritual que trajo la “Consciencia de Krishna” a Occidente, aunque fue recién en la década del ’60 que se hizo visible. Básicamente creen que Krishna, una encarnación del Dios Visnú, es el creador absoluto y la “Persona suprema” de Dios. Practican el Bakti-yoga como vía que permite a los discípulos conocer a Dios y amarlo. Se reúnen en ashrams y cada templo tiene autonomía propia dirigido por un maestro espiritual. Hacen proselitismo en la calle y venden sus propias publicaciones. Su libro de cabecera es el Bhagavad-Gita.  

    Otra manifestación dentro de esta corriente es “Misión Luz Divina” fundado por el gurú Maharaj-Ji en 1958. Según la enseñanza de este “guía”, que se presenta como “el maestro perfecto”, dice que viene a este mundo para “suprimir el dolor” por medio de la meditación. Este líder revela el verbo, la luz, la música celestial y el néctar. En su método meditativo se puede experimentar la experiencia directa de Dios.  

    Para ese tiempo apareció o se hizo visible la “Fundación de Maharishi Yogui” conocida también como “Meditación Trascendental”. Allí se enseña meditación no vinculada a ninguna religión particular. La meditación, afirma, que ensancha la consciencia, desarrolla la inteligencia creadora, da descanso y asegura el avance total del sujeto. El método es sencillo, consiste en concentrarse en un mantra durante 20 minutos cada noche y cada mañana. Según dicen, esta psicotécnica permitirá la transformación del individuo y cambiará, de esa manera, el mundo.  

     Por otra parte, Sathya Sai Baba, un maestro espiritual cuyo centro está en India, ha influido sobremanera en los fenómenos contraculturales. No dice ser un gurú sino Dios mismo. No posee una filosofía compleja, sino tan solo meditar sobre tres fuegos. Ha fundado escuelas y ha hecho obras para que las personas más carenciadas de India tengan agua potable y otros beneficios sociales, asimismo, hay que decirlo, ha acumulado una cuantiosa fortuna. Ha sido acusado de abuso de menores, aunque no se pudo probar ningún delito.  

      Y no debemos olvidar a otra corriente oriental que ha influido mucho entre los occidentales como ha sido la de Sri Aurobindo y Madre (1872-1950). Un presumible maestro espiritual que se convirtió al bien después de pasar un tiempo en prisión por razones políticas, ya que apoyaba a los nacionalistas indios y fundó una comunidad donde practicó lo que se llamó el “yoga integral”. Estudio filosofía y poesía. El sistema de Aurobindo es bastante sólido y diría, además, bien fundamentado, siempre dentro de la cosmovisión india [9].  

    Por último, un referente de la Nueva Era fue sin duda Osho. Un indio controvertido y crítico de Gandhi. Predicó el sexo libre. Sus ideas políticas fueron siempre provocadoras, como que los judíos son culpables de la muerte de Cristo y deben pagar su crimen, por ello Hitler, como karma, buscó eliminarlos. En India fundó un sistema religioso llamado “Movimiento del Potencial Humano”. En 1981, Osho se trasladó a Estados Unidos, al Estado de Oregón y estableció allí una comunidad llamada “Rajnishpuram”. Fue un maestro reconocido por los movimientos contraculturales de su tiempo y algunos de los miembros de su secta fueron acusados de bioterrorismo, de envenenar a comensales en varios restoranes. Fue expulsado del país y tuvo que regresar a India.  

    En resumidas cuentas, la mayoría de estos referentes analizados enseñan más o menos lo mismo: a) Dios existe y puede ser realizado; b) alcanzar a Dios es la meta central de la vida; c) Dios es Uno, sus nombres, formas y aspectos pueden ser múltiples; d) cada religión es un sendero hacia Dios; e) el servicio al hombre es, a su vez, un servicio a Dios.  

EL USO DE DROGAS

Una segunda dimensión que caracterizó a los NMR fue el uso de drogas y diversos alucinógenos para tener experiencias místicas de unidad. Hubo quienes llegaron a pensar que la religión dejaría de ser un misterio y la unión con Dios se lograría por medios psicodélicos. El libro de Aldous Huxley Las puertas de la percepción fue precursor en esta corriente. Autores como Masters y Houston han estudiado el uso de las drogas y lo religioso [10]. Asimismo, los libros basados en las dudosas vivencias de Carlos Cataneda con un chamán el maestro Don Juan (*). El uso del LSD estaba a la moda. Los trabajos del psiquiatra beat Stanislav Grof son sintomáticos. Así como el uso de plantas entheógenas o “plantas de los Dioses”: ayahuasca y peyote, entre otras. 

MOVIMIENTOS POSPROTESTANTAS MILENARISTAS

La tercera dimensión que hizo visible a los NMR se debe al aparecimiento mediático de grupos posprotestantes, que incluyen a los Testigos de Jehová, Mormones y Adventistas.  

     Hablemos primero dos palabras sobre los Testigos de Jehová. Su fundador fue el estadounidense Carles T. Russel (1852-1919). Su enseñanza principal es que en 1914 terminó una Era y comienza el reinado de Cristo en el cielo. Con este acontecimiento celestial se inicia el principio del tiempo del fin. La batalla final entre Cristo y Satán será en el Armagedón que está por llegar de modo inminente. Solo los Testigos de Jehová se salvarán y habitarán la tierra hecha un jardín de Edén donde los muertos resucitarán y se vivirá eternamente en felicidad. Únicamente un grupo de 144.000 elegidos irán a vivir al cielo. Para ello deben predicar que el Reino se ha acercado. No creen en la trinidad y, por tanto, el Espíritu Santo no es una persona, sino una fuerza de Dios. Jehová es el padre de Cristo y le dan mucha importancia a la Biblia. Tienen prohibido comer o recibir sangre en transfusiones médicas diciendo que la única sangre que salva es la de Cristo. Si alguien muere por no recibir sangre no importa, Dios, en recompensa, lo resucitará en el último día. Es más bien una versión de la religión del judaísmo antiguo monoteísta, pero cristianizada y con una organización editorial parecida a las empresas capitalistas y las ONG modernas.  

    Veamos ahora a los Mormones o “La Iglesia de Jesucristo y de los Santos del Último Día”. La fundó Joseph Smith (1805-1844) en Estados Unidos. Su enseñanza es que la Biblia contiene errores y la revelación debe completarse con el libro dictado a Smith, El libro del Mormon [11], que fue traído por un ángel, Moroni, sobre tablillas de oro. Este texto revela que las diez tribus de Israel llegaron a América luego del primer exilio donde se construirá la Santa Sion. Aceptan el bautismo por los muertos (II Macabeos 12: 45). Una extraña creencia en la que uno puede salvar a los antepasados no creyentes. El objetivo es restablecer la Iglesia cristiana de los apóstoles que se apostataron en la historia. Se organizan con un presidente y doce apóstoles, además de un consejo de setenta miembros, aunque todos son considerados sacerdotes de Melquisedeq.  

William Miller, fundador del movimiento “Los Adventistas del Séptimo Día”

    Finalmente citemos a “Los Adventistas del Séptimo Día”. Fue fundado por William Miller (cerca de 1830). Pero fue su discípula Elena White (1827-1915) la que organizó el movimiento basado en sus visiones. Escribió numerosos libros que gozan de gran prestigio entre los miembros del grupo. Promovió el vegetarianismo y anunció la próxima llegada del Reino de Dios. El día sábado es el más importante, pero esperan un “sábado grande” donde Dios restaure todas las cosas y puedan descansar del mal. Para ellos la Biblia es una norma fundamental de fe y moral. Los justos resucitarán a la vuelta de Cristo.  Después de mil años de reinado divino se destruirá a Satanás. Creen en el bautismo de adultos y se prohíbe el alcohol, el tabaco, el té y el café. Su organización se da en tres niveles: la Asamblea local, dirigida por ancianos; la Confederación, que reúne a las iglesias del país; la Unión, que agrupa a varias confederaciones y, finalmente, la Conferencia general, cuya sede está en Estados Unidos. Su culto consiste en reuniones de oración, cena y bautismo. 

 EL ESPIRITISMO Y LOS MOVIMIENTOS CARISMÁTICOS

Una cuarta dimensión es la recuperación de lo sagrado a través de una revalorización y modernización del ocultismo. Paradójicamente en la era del positivismo se desata un interés por las experiencias espiritistas, las vivencias astrales de viajes fuera del cuerpo y visiones de unidad, así como las prácticas de las diversas mancias (Ouija). Hay una renovación de la astrología, el Tarot y otros saberes supuestamente para acercarse a lo sobrenatural.  

     Vayamos por parte. La necromancia o la consulta e invocación a los muertos es una práctica oculta casi universal y hay evidencia que se ha practicado desde tiempos prehistóricos. No obstante, el espiritismo moderno tuvo sus inicios allá por 1847 cuando dos hermanas de una familia metodistas vivían en una presunta “casa embrujada” en el Estado de Nueva York y establecieron un método de golpes para comunicarse con los espíritus. Era algo similar a los llamados raps. Hay que decir que, el tema de los golpes resultó ser un fraude. Las niñas confesaron que mintieron, sin embargo, esto no impidió que se le dé impulso al espiritismo. En la época del positivismo y el evolucionismo todo intentaba ser abordado por las ciencias, y la comunicación con el más allá no fue ajena a esto.  

     En 1850 Lion Denizard Rivail, un profesor de escuela, empujado por su curiosidad e interesado en las sesiones espiritistas, las cuestionó. El fenómeno era conocido como “mesas parlantes”. Sus investigaciones concluyeron que detrás de esos movimientos efectivamente había una fuerza inteligente. Recibió él mismo mensajes de los espíritus y llegó a decir que habló con Jesús. Se cambió el nombre por Allan kardec diciendo que lo recibió en una revelación sobrenatural y correspondía a su nombre en una vida anterior. Escribió El libro de los espíritus y El evangelio de los espíritus. Él estableció al espiritismo como una “ciencia filosófica” y también como saber de observación.  

   Como “ciencia práctica” el Espiritismo consiste en una serie de relaciones que se establece entre el hombre y el espíritu; como “filosofía” comprende las consecuencias morales que derivan de esas mismas revelaciones, pues el espiritismo evidencia la existencia de una naturaleza espiritual y sus mostraciones en un mundo corporal. Por lo tanto, el espiritismo como “animismo cientificista” estudia las leyes de los principios sobrenaturales.  

    Su teoría central es que entre el cuerpo y el espíritu hay un tercer elemento de naturaleza etérea (¿prana?), el peri-espíritu, dotado de sentido y cualidades similares quien lleva una existencia paralela. Sus dogmas son que Dios es eterno, inmutable, inmaterial, único y todopoderoso. Que hay dos mundos: espíritu y materia. Los espíritus se visten de materia perecedera cuya destrucción es la muerte. Sin embargo, el humano reencarna. El peri-espíritu une a estos dos componentes, cuerpo y espíritu. Las entidades sutiles son diferentes en poder, inteligencia y mortalidad. Hay seres puros y seres desencarnados llenos de pasiones, odios y celos. El espíritu se puede perfeccionar ya que la vida material es una etapa de prueba. Siempre se encarnan en especie humana. Y es evolutiva. Los espíritus viajan por diferentes globos o universos [12].  

     Ahora bien, con respecto a las manifestaciones carismáticas veamos dos ejemplos centrales, el pentecostalismo y un fenómeno católico en Argentina que es sintomático, el cura sanador Padre Ignacio entre muchos otros.  

Reunión de pentecostales ( foto en teologoresponde.org)

    Las Iglesias pentecostales son una rama del cristianismo protestante que coloca la experiencia personal del Espíritu Santo [13] como condición de ser cristiano. Mientras que para los católicos el Espíritu Santo obra a través de los sacramentos, para los pentecostales (y para los protestantes en general) obra a través de la Biblia y de modo directo en el cristiano, sin intermediarios, como puede ser una institución. Ellos, de esta manera, se bautizan en el Espíritu Santo (distinto al bautismo de arrepentimiento que es sumergirse en agua) y reciben los dones del mismo, como ser “hablar en lenguas”, la gracias de “sanidad”, y su adoración se compone de entusiasmo y alabanza libres [14]. Empero, debemos hacer una distinción no menor, existe un pentecostalismo clásico y otro popular. Pero como siempre, para comprender mejor estas corrientes religiosas es mejor partir de correctas definiciones.  

    Entendemos por grupos carismáticos a todas las manifestaciones que, de distintas maneras difieren del pentecostalismo clásico [15], es decir, pertenecen al nivel popular o al neopentecostalismo. Las características son similares, se nuclean en torno a un líder, evidencian la intervención divina -o dicen evidenciarla-, mantienen la idea de predicación y conversión y suelen ser independientes de las estructuras tradicionales.  

    Entre las creencias que comparten están el bautismo por Espíritu Santo; signos y señales milagrosas; creen en la guerra entre Dios y el diablo [16]; creen en los dones del Espíritu (1 a los Corintios 12: 8-10. Estos dones son: sabiduría; fe; sanidades; milagros; profecía y hablar en lenguas), conocen el lenguaje de los ángeles y practican curaciones colectivas. El objetivo siempre es convertir y utilizan para ello reuniones multitudinarias (estadios de futbol, plazas, cines) y diversos medios de comunicación (radio, TV); su contenido es pobre en palabras y se sostiene mejor dentro de una lógica milagrosa e histérica (exorcismos o liberación de malos espíritus o de daños).  

    Entre los principales grupos en la Argentina podemos citar a “Visión de futuro” del Omar Cabrera. Este pastor fue pionero en este tipo de reuniones. Oriundo de Santa Fe perteneció a la “Unión de Asambleas de Dios” y su cosmovisión es de tipo fundamentalista. En 1971 se aparta de su grupo de origen y crea su propia Iglesia. Luego podemos citar al grupo “Mensaje de salvación” de Carlos Anacondia. A los 35 años se convierte en religioso y en 1980 produce un programa de radio donde pone el énfasis en la práctica de sanidad y la liberación. Las caídas y los desmayos pasaron a ser característicos de su liturgia. Y por último podemos citar al Pastor Héctor Giménez. De joven fue delincuente y drogadicto. A los 17 años es detenido y en la cárcel llega a la conversión. En 1982, junto a Irma su esposa, funda “Milagros de Jesús”. Su separación matrimonial en 1994 hizo que disminuyera su popularidad. Hoy encontramos algo similar entre el pastor y escritor mediático Bernardo Stamateas y su esposa Alejandra con su fundación “Volver a empezar” pero investidos de asesores psicológicos. 

    Estas ideas carismáticas comenzaron a penetrar dentro de la Iglesia Católica tradicional a partir de la década del ’60. Aparece dentro de la liturgia la exteriorización de la devoción religiosa en algunos sacerdotes. En 1966, en Argentina, se abrió el catolicismo carismático al movimiento ecuménico inspirado en el Concilio Vaticano II y la resignificación de la “Doctrina Social de la Iglesia” en la Encíclica Rerum Novarum. En la actualidad pastores y laicos agrupan a multitudes de personas. La Iglesia Católica tomará los “carismas” pentecostales pero no su ética, por otra parte, la doctrina del “bautismo por Espíritu Santo” ya se encontraría anteriormente en su doctrina. Es una expresión de la mística cristiana, si se quiere [17].  

    De esta manera hemos tratado apenas una parte de estos interesantes movimientos espiritualistas. Queda mucho más por analizar. Razón por la cual, en un trabajo futuro trataremos algunos aspectos que aún faltan aquí, me refiero al fenómeno de las sectas y el movimiento New Age hasta los inicios del siglo XXI.  

NOTAS

1) Culto neopagano de mediados del siglo XX fundado por Gerald Gardner, un funcionario británico que creyó encontrar en el culto antiguo a la brujería la base de todas las religiones. Celebran cultos a la luna y varios rituales en los sitios megalíticos. Son “duoteístas”, adoran tanto a los astros femeninos como masculinos. 

2) El satanismo surgió entre los años ’60 y ’70 como adoración a Satán, el demonio y otras núminas. Existen los satanistas teístas que creen en Satán como entidad particular y los a-teístas, aquellos que adoran a Satán como símbolo y como filosofía. Los luciferinos son habitualmente confundidos con los satanistas por la clásica identificación de Satán con Lucifer. Este último es un símbolo de la sabiduría (luz) y posiblemente se lo asocie con el antiguo Dios gnóstico-romano Prometeo. En Londres en la década del setenta se formó la “Orden de los Nueve Ángulos”, es una sociedad secreta satánica y fascista. Otra orden que surgió en 1975 fue “El Templo de Set”, de similares características. 

3) Fundada en 1966 por LaVey en San Francisco, Estados Unidos, es más bien un club social y una filosofía de vida basada en rituales y ritos mágicos. Posee la Biblia satánica.  

4) La “Ufología” o “Ufolatría”, es decir, la interpretación del fenómeno OVNI como “ciencia” y como “religión” tomó mucho auge en este período que estamos estudiando. Hoy hay muchas mitologías como la llamada “exopolítica”, donde entienden al universo como una federación intergaláctica y que cada planeta tiene sus civilizaciones interconectadas. El comandante Ashtar Siram es un personaje central en este mito moderno. Van Tassel en 1947 dijo haber recibido mensajes canalizados vía telepatía de esta númina, como haber sido abducido. Entre otras creencias está la idea de que Jesús fue un extraterrestre y que Mahoma recibió el Corán de uno de estos seres alienígenos. Es decir, aquellos entes o “arquetipos” que nosotros nominamos “lo numinoso” o en las religiones monoteístas llamamos ángeles o demonios, ellos los nominan como seres de otros planetas. Asimismo, la teoría que hay “reptilianos” entre nosotros. Entre otras religiones OVNIs están la “Cienciología”, “Puerta del Cielo”; “Iglesia de los subgenios”; “Movimiento Raeliano”; “Nación del Islam”; “Nuwaubianismo”; “Orden Tioniana” y “Shaverismo”, entre otras.  

5) La crítica a la sociedad capitalista estuvo macabramente representada por el suicidio masivo en Guyana bajo el líder espiritual el pastor Jim Jones en 1978. La secta se llamó el “Templo del Pueblo”. Incluía elementos cristianos con ideologías socialistas y comunistas, además de un discurso sobre la igualdad racial. Les prometió el paraíso alejado de la sociedad consumista y encontraron su propia muerte. Jones después de hacer que sus fieles se quitaran la vida con cianuro se disparó en la cabeza. Otros grupos suicidas fueron los “Davidianos” en 1993, el “Centro Atma” en 1998 y la “Familia Internacional” en 2005.  

6) La religión ya había entrado en crisis en los orígenes de la modernidad. Marx dijo: “La religión es el suspiro de la criatura oprimida, al alma de un mundo sin corazón, y al mismo tiempo es el espíritu de una época sin espíritu, es, en fin, el opio del pueblo”. Nietzsche por su parte escribió: “¿Decís que creéis en la necesidad de la religión? ¡Sed sincero! En lo que crees es en la necesidad de la política”. Y Freud expresó: “La religión vuelve al hombre esclavo, lo feminiza, y degrada la razón, forzándola a un consentimiento pasivo. El Dios personal no es otra cosa, psicológicamente, que un padre transfigurado”. Este espíritu de la época en ciencia, política y filosofía llevó a la aparición de nuevos teólogos (llamados posmodernos) a pensar que esta civilización occidental y post-cristiana no deja a salvo ninguna de las instituciones: la familia, la escuela, el ejército, la Iglesia. En esto último, se notó que la Iglesia está gravemente enferma, afectada. Los carismáticos y los curas liberales la hicieron temblar. Entre los teólogos más relevantes del siglo XX estuvieron Rudolf Bultmann quien niega la imagen mitológica en la que inscribe el cristianismo. Niega la intervención de la divinidad que actúa por medio de los “acontecimientos de salvación” (sin negar a Cristo). El niega la intervención directa de Dios. Propone la existencia de Jesús y su muerte, los evangelios dice, están plagados de mitos. Cristo vino y murió, nada más se sabe. Otro fue Paul Tillich, un teólogo protestante alemán que vivió en Estados Unidos. Trata de reconciliar la fe con la cultura moderna. Dice que la teología actual debe basarse en esta y no en la Biblia o en la tradición. El hombre busca “lo último” en filosofía, en arte. Pero el hombre ha perdido “la dimensión de profundidad”. La Iglesia debe encontrar un nuevo lenguaje para la teología. Por último, mencionaremos a Dietrich Bonhoeffer. Muere en 1945 a menos de los nazis. Pensaba que el hombre marcha hacía una época totalmente antirreligiosa. El Dios anterior no existe, los hombres ya no lo necesitan. Si el hombre no es más religioso hay que imponer un discurso teológico para el no religioso. Si el mundo llega a una etapa sin religión se necesita un cristianismo también sin religión.  Para un panorama más exhaustivo Cf.: Gibellini, R.: La teología del siglo XX, Brescia, 1993 

7) El fenómeno de los gurúes no es nuevo. Se debe principalmente al colonialismo en regiones de India mayormente y la apertura a esos conocimientos de santos e iluminados. Ram Moham Roy (1772-1833) era un brahmán que estudió con los musulmanes y tuvo una influencia sufí, esto puede observarse en su aversión a la adoración de imágenes. Funda la sociedad Brahmo Samaj dedicada a la reforma india. Las fuentes tergiversadas de la Teosofía provienen de su influencia. Otro gurú influyente en Occidente fue Ramakrishna (1836-1886). Proclamaba la unidad de todas las religiones. Fue adorador de Kali. Practicó consecuentemente el cristianismo y el Islam. Predicó que todas las religiones son verdaderas. Vivekananda (1836-1902) formuló una visión occidental del hinduismo y dijo ser un renunciante que alcanzó el samadhi. Fomentó el amor y la armonía interior. En 1895 en Nueva York funda “La sociedad Vedanta” para predicar el Karma-yoga. Se lo considera una forma del neo-vedanta. Yogananda (1890-1952) funda la “Hermandad de la auto-realización”. Es famoso por su obra más difundida Autobiografía de un Yogui.  

8) Cf.: Comparto una biografía de Prabhupada de Satsvarupa Dasa Goswami: Prabhupada. Construyó una casa en la que puede vivir el mundo entero, Buenos Aires, 1992. 

9) Cf.: Merlo, V.: Sri Aurobindo, Barcelona, 1998. 

10) Masters&Houston: LSD, Barcelona, 1974. 

11) Es muy interesante la mitología de El Libro del Mormón. Consta de las “Láminas de Nefí” (Láminas menores y mayores). Las menores son enseñanzas de los profetas. Las mayores de antiguas civilizaciones. Luego tenemos las “Láminas de Mormón”, que es un resumen de las palabras del ángel Moroni a Nefí. “Láminas de Eter” que son las historias de los jareditas. “Láminas de bronce”: son los cinco libros de Moisés y la “Historia de Lehí”, un pueblo que vino de Jerusalén a América.  

12) Ribb, A.: Espiritismo, Madrid, 2004. 

13) Esto se conoce en teología como “neumatología”. Jesús prometió en el Pentecostés del año 33 e. C. que el Espíritu Santo estará en cada corazón sincero. Los desbordes emocionales que produce esta potencia sobrenatural (el Espíritu santo) los salva y los santifica limpiándolos de pecado. Es un fuego divino. Su presencia se reconoce al hablar en lenguas, un fenómeno psicológico conocido como “glosolalia” además de experimentar visiones (alucinaciones) y profecías. Cf.: Hollenweger, W.: El pentecostalismo. Historia y doctrina, Buenos Aires, 1976. 

14) En Argentina en 1954 un tal Theodore Hicks visitó el país y vinieron muchos misioneros como Keith Benton y el Pastor j. C. Ortiz que difundieron estas prácticas. Op. Cit

15) El Pentecostalismo clásico dice tener su origen en Hechos de los Apóstoles, pero su verdadero origen fue en el siglo XVIII creado por Juan Wesley (Fundador también de la Iglesia Metodista). Estuvo influido por católicos y anglicanos. Las características son la conversión sentida considerada un nuevo nacimiento; la santificación como segunda bendición y el bautismo por Espíritu Santo que da como resultado el hablar en lenguas. Existen Iglesias blancas y negras (spirituals). Los negros provienen de la esclavitud. Les da mucha importancia a la trascendencia a través de la música, y su idea central es la liberación divina de la esclavitud negra. Op. Cit.  

16) La demonología se sostiene en la creencia personal del diablo o del mal ontológico. Hay espíritus malignos y Satanás es el jefe de ellos, que no dista de ser una expresión del animismo pero cristianizado. Los demonios provocan el mal en el mundo. Por ello practican exorcismos, la posesión se reconoce por signos bien demarcados, sin embargo, el diablo no puede poseer a un nacido por el bautismo de Cristo. Op. Cit.  

17) Cf.: Renold, J.: Miradas antropológicas sobre la vida religiosa, Buenos Aires, 2 Vols., 2008.  

(*) Nota del editor: Es quizá oportuno recordar que el personaje Don Juan, en el ciclo de obras de Carlos Castaneda, es claramente un personaje ficcional. Desde las libertades de la imaginación literaria, y con algunos agregados también ficcionales, Castaneda le confiere un formato narrativo a muchas prácticas y creencias que remiten a antiguas cosmovisiones pre-hispanas de raíz chamánica, en particular al nahualismo tolteca.

IA Gemini

2 comentarios en “Viejos movimientos religiosos reciclados en el siglo XX y XXI (parte 1)

  1. Muy interesante el contenido informativo, pero me permito discrepar, por ejemplo, de «La desintegración de los valores de la modernidad, como la familia, la amistad, la transvaloración moral, y el desate feminista»… Esos valores de la modernidad son, en efecto, valores (positivos), incluido el feminismo, que no «el desate» feminista, que no entiendo lo que es a parte su contenido peyorativo, y lo que está sucediendo no es una desintegración, pues no están en crisis por en un proceso endógeno, sino que están siendo virulentamente atacados como una reacción a los mismos, es decir, por las ideas o grupos reaccionarios.

    Me permito también resumir mi opinión: vivíamos en un mundo de certezas (impuestas, heredadas, inamovibles) y cuando la razón las cuestionó y sembró la necesaria duda, muchos se sintieron perdidos y o volvieron a esas certezas pero de forma más fanática (más desesperada) o buscaron nuevas certezas (en su mayor parte absurdas y alocadas) a las que agarrarse, porque mantenerse en la razón y la duda es, sin duda, lo más difícil. Esta cuestión, por cierto, está en el núcleo de mi novela «Misterios Gozosos» y recomiendo encarecidamente la obra de John Ralston Saul (sobre todo «La civilización inconsciente» y «Los bastardos de Voltaire»), que contiene muchas claves para entender éstos y otros fenómenos contemporáneos.

    Gracias.

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    • Hola, sí, acuerdo con tus apreciaciones. El autor, en este caso, tiene sus propias consideraciones sobre estos procesos, sin ninguna duda discutibles. Gracias por recomendación obra de John Ralston Saul (sobre todo «La civilización inconsciente» y «Los bastardos de Voltaire»), lo buscaremos; y felicitaciones por tu novela «Misterios Gozosos», la vimos anunciada en Casa del Libro, muy bien. Que siga la escritura y saludos!

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