Edificio Villa Savoye en Poissy, de Le Cobusier, uno de los ejemplos del funcionalismo en arquitectura (Foto en página villa-savoye.fr/es)
Una intensa aproximación al funcionalismo en arquitectura, pero que se extiende también hacia apreciaciones profundas sobre lo arquitectónico en relación a la matemática, la armonía, las teorías de la proporción y el denominado «número de oro» de Lucca Pacioli, explicado en su obra Divina proportione.
Entre médicos y médiums, de Alejandro Parra, ed. Biblos, es un excelente libro para quienes desean conocer la fuerte presencia social que en Argentina, y en muchos otros sitios, tuvo el fenómeno espiritista, que precedió a la posterior aparición de la parapsicología.
Charles Sanders Peirce (1839-1914), es, sin duda, uno de los grandes pensadores del siglo XIX. Fundador del pragmatismo, filósofo, lógico científico estadounidense, padre de la teoría de los signos o de la teoría semiótica moderna, junto a Saussure, y mucho más.
Versión en color de la portada de De humani corporis fabrica (1543), o De humani corporis fabrica libri septem (De la estructura del cuerpo humano en siete libros), obra de texto con numerosas imágenes sobre anatomía humana de Andrés Vesalio (1514-1564), profesor de la escuela de medicina de Padua.
En el Renacimiento, en 1543, Andreas Vesalius publicó su notable obra De humani corporis fabrica, tratado sobre el cuerpo, piedra basal del estudio anatómico y fisiológico de la medicina moderna. Como en la Antígona de Sófocles, o en Hamlet de Shakespeare, en la obra de Vesalio, como en los estudios de los órganos de Leonardo, la idea que subyace del cuerpo es su complejidad y perfección en su funcionamiento. Este ángulo valorativo ha decaído, y desde esta situación, Eduardo Wolovelsky, biólogo y escritor argentino, nos propone un apasionante recorrido desde Hipócrates y Galeno, y la investigación revolucionaria de Vesalio hasta el transhumanismo que, definido por Julián Huxley, es «una religión científica laica según la cual …se delinea un cuerpo distinto como paso próximo en la historia evolutiva de la vida en la Tierra», una postura sujeta hoy a un intenso debate, y adhesiones y rechazos.
El cine de David Lynch es un raro salto fuera del convencional cine lineal. Su arte se empeña en colapsar la narración clásica y generar aperturas hacia lo real como un fluir extraño e ilógico. De diferentes maneras, esta experiencia brota en sus films Cabeza borradora (Eraserhead, 1976); Terciopelo azul (Blue velvet, 1986); Twin Peaks: Fuego camina conmigo (Twin Peaks: Fire Walks with Me, 1992); Carretera perdida (Lost highway, 1996); y El camino de los sueños (Mulholland Drive, 2002), acaso su obra maestra, que aquí analizamos, al tiempo que repasamos muchos momentos de su cine.
La pregunta por el origen es siempre un gran interrogante. La filosofía, las religiones, o la ciencia, tienen sus propias respuestas que, aunque a veces se lo olvide, son siempre conjeturales.
En el mundo antiguo al fabulista griego Esopo se le ocurrió acudir a los animales para formular pensamientos humanos y enseñanzas. Un modo de la imaginación que luego siguió Jean de la Fontaine en el mundo moderno. De forma semejante, y con mucho ingenio, aquí J r Crivello da vida pensante, y la lucidez de una «inteligencia entendida» a su gato Boris, para recordar que «el mundo se despeña entre autócratas y demócratas».