
Sin el agua la vida no sería. Su trascendencia fue módulo fundamental del pensar en filósofos antiguos en Occidente, como Tales o Heráclito, o en Oriente, Lao-Tsé. El agua es misteriosa dignidad dadora de vida, vehículo de gran significación simbólica, hoy estragada por la contaminación y la escasez. Aquí una reflexión transversal que pendula entre el «agua contemporánea» de la corrosión ambiental o la injusticia estructural en su distribución, y el «agua antigua», la de la meditación filosófica, simbólica, y hasta científica, que realza la grandeza y misterio del líquido elemento.
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