Por Esteban Ierardo

En todos los momentos de la historia, los humanos tendemos a elegir una prisión de ideas o creencias en la que encerrarnos. Hoy, el encierro es un «solipsismo digital», una tendencia a percibir como más real, no lo externo, sino lo que se muestra en pantalla y en línea. En el tiempo del encapsulamiento tecno-digital es quizá oportuno recordar a Pierre Teilhard de Chardin y Bataille, dos caminos de pensamiento muy diferentes, pero animados por el mismo deseo de romper encierros y proyectar la conciencia hacia una realidad más amplia.
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