Por Esteban Ierardo.

En su tiempo, las tonalidades religiosas paganizantes y las apetencias místicas del escritor inglés D.H. Lawrence (1885-1930), no fueran comprendidas. Lo que más impactó fue El amante de Lady Chatterley, y su aparente «obscenidad pornográfica», su rechazo de la hipocresía de la sociedad victoriana, y de la sociedad moderna de la mecanización. En La serpiente emplumada, Lawrence escribe sobre la «segunda fuerza» desde el trasfondo cultural del México precolombino. El escritor, en un mismo camino, recupera la vía del erotismo, la potencia perdida de los ritos, y todo dentro de una filosofía que abraza un misticismo materialista.
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