Por Fernando Solana Olivares

Una juez de Buenos Aires reconoció en 2015 el estatuto de “persona no humana” para Sandra, una orangutana recluida en el zoológico. Su sentencia la consideraba como un sujeto no humano titular de derechos fundamentales, y señalaba que su cautiverio y exhibición pública los violaba, así Sandra fuera bien alimentada y tratada sin ninguna crueldad.
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