Por Esteban Ierardo

Una de las dimensiones esenciales del cine es su música, no como una suerte de acompañamiento de fondo, sino como fuerza expresiva de las emociones. Un modo por el que los sonidos comunican hondos ritmos de la sensibilidad. Aquí exploramos este perfil del arte cinematográfico a través de un ejemplo particular, pero también mediante la relación de la música con ciertas transformaciones en la historia, la estética, la filosofía.
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