Por Esteban Ierardo
La historia de la literatura y de la fotografía a veces no solo, como todas las historias, se cruzan y complementan, sino que nacen de la misma mano, del mismo ojo. El instante decisivo sobre el que teorizó Henri Cartier-Bresson tiene, algunas veces, una vía de ejecución doble: literatura y fotografía en ese caso se hermanan, hablan de lo mismo por otros medios, en otra lengua.
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