Por Esteban Ierardo

Todos conocemos a Mark Twain como el gran novelista de Las aventuras de Tom Sawyer y su secuela Las aventuras de Huckleberry Finn, El príncipe y el mendigo, Un yanqui en la corte del Rey Arturo, El diario de Adán y Eva, o La célebre rana saltadora del distrito de Calaveras. Pero el gran escritor y humorista no es tan conocido por su pensamiento irreverente, por su ruptura con las convenciones y lo políticamente correcto de su tiempo.
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