
Una teoría que explique todo el universo es una ambición de la física contemporánea, puramente especulativa, a un punto que parece más denotar un valor de creación estética de la física que una estricta contribución científica con poder predictivo. Pero quizá, justamente, eso es parte de su atractivo. Ese punto en que la física más conjetural se encuentra con la música.
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