Por Esteban Ierardo

La esperada remake de Gladiador de Rydell Scott ratifica lo esperable: otro aporte a la sociedad del espectáculo cinematográfico a expensas del magnetismo de Roma. Ante esto, quizá lo más fecundo sea recuperar la Roma que es distorsionada u olvidada en su reducción a entretenimiento legítimo, pero de una marca en la arena que solo un leve viento rápidamente borrará.
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