La presencia de la IA es hoy insoslayable. Uno de sus aspectos controvertidos es su uso para generar textos que después algunos se atribuyen. Pero las propias herramientas de la IA pueden detectar esas falsas atribuciones. Y, más allá de esto, la IA supone un interrogante continuo sobre sus consecuencias, dentro de un mundo contemporáneo encerrado en sus propios quejidos y peligros.
Abrir la mente a nuevos saberes rejuvenece y entusiasma. Acercarse a la innovadora comprensión de la evolución por la bióloga Lynn Margulis (1938- 2011), genera ese efecto. Margulis es importante exponente de la explicación teórica de la evolución biológica.
Versión en color de la portada de De humani corporis fabrica (1543), o De humani corporis fabrica libri septem (De la estructura del cuerpo humano en siete libros), obra de texto con numerosas imágenes sobre anatomía humana de Andrés Vesalio (1514-1564), profesor de la escuela de medicina de Padua.
En el Renacimiento, en 1543, Andreas Vesalius publicó su notable obra De humani corporis fabrica, tratado sobre el cuerpo, piedra basal del estudio anatómico y fisiológico de la medicina moderna. Como en la Antígona de Sófocles, o en Hamlet de Shakespeare, en la obra de Vesalio, como en los estudios de los órganos de Leonardo, la idea que subyace del cuerpo es su complejidad y perfección en su funcionamiento. Este ángulo valorativo ha decaído, y desde esta situación, Eduardo Wolovelsky, biólogo y escritor argentino, nos propone un apasionante recorrido desde Hipócrates y Galeno, y la investigación revolucionaria de Vesalio hasta el transhumanismo que, definido por Julián Huxley, es «una religión científica laica según la cual …se delinea un cuerpo distinto como paso próximo en la historia evolutiva de la vida en la Tierra», una postura sujeta hoy a un intenso debate, y adhesiones y rechazos.
La pregunta por el origen es siempre un gran interrogante. La filosofía, las religiones, o la ciencia, tienen sus propias respuestas que, aunque a veces se lo olvide, son siempre conjeturales.
Siempre los humanos aspiran a alguna forma de inmortalidad. En la historia en general la religión promete una continuidad del alma en otro plano de existencia. Hoy, en el mundo tecnodigital, la inmortalidad se vislumbra como la permanencia potencialmente sin fin de los datos de una persona en las redes, en Facebook, en el ciberespacio.
Si existieran los selenitas, los imaginarios habitantes de Luna, y si hubieran estado enfrascados en alguna acción misteriosa en el sur oculto de su satélite, asombrados, el miércoles 23 de agosto de 2023, habrían contemplado la llegada de la primera misión espacial humana a su remoto paraje lunar meridional.
Consumo elevado de agua y energía: la otra cara de la inteligencia artificial
Por Nicolás Retamar(*)
El mantenimiento y entrenamiento de los «modelos de lenguaje grande» en IA requieren cada vez más energía y agua, y producen más dióxido de carbono. En el siguiente artículo Nicolás Retamar con datos muy precisos nos brinda un panorama sobre este perfil fundamental del tecnomundo contemporáneo al cual pertenecemos, nos guste o no (Foto Credit: Microsoft.)
A partir de núcleos de tierra perforados en el permafrost siberiano se busca detectar virus congelados y, de hecho se ha resucitado un gusano de 46.000 años ( Imagen en Meteored)
Un campo emergente muy sorprendente de investigación científica contemporánea es la llamada «biología de resurrección «, que estudia restos de moléculas y organismos del pasado remoto con el objetivo de crear nuevos antibióticos para combatir bacterías super resistentes, y la resurrección de animales y plantas extinguidos, como el mamut lanudo, el dodo o el tigre de Tasmania. Pero también algunos advierten sobre el peligro de liberar virus ancestrales.
La inteligencia artificial (IA) es un hecho técnico avanzado, a la vez un fenómeno cultural que despierta el interés de los usuarios, la profusión de publicaciones especializadas y artículos sobre el tema; y las expectativas y creencias que su presencia suscita.