Por Esteban Ierardo
La pintura realista de Hopper suele ser interpretada como expresión de la soledad e incomunicación del sujeto moderno habitante de las grandes ciudades. Sin negar esta visión habitual, aquí proponemos otra interpretación en la que, por la contemplación y recepción femenina de la luz, se quiebra lo cerrado y se recupera la salida hacia lo amplio del espacio.
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