Por Lucila Leiva

Como vasto movimiento cultural, el romanticismo propone una visión de mundo, alternativa a la Ilustración, y se manifiesta en diversas expresiones artísticas. El ballet romántico adquiere forma y energía en el siglo XIX. Los bailarines se mueven con un fuerte peso expresivo en el escenario. En su etérea palidez, la bailarina «se viste con vaporosos tules y gasas mientras que el bailarín era el portador encargado de poner en relieve la gracia y delicadeza de su compañera».
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