
En el siglo XVII, mientras un Spinoza niño camina por Ámsterdam, en Holanda estalla una alocada expectativa especulativa de ganancia. La fascinación holandesa por los tulipanes se convierte en la inesperada protagonista de la primera gran burbuja financiera de la historia mundial. Su real alcance histórico es hoy cuestionado, pero esto no le priva a la llamada tulipomanía o crisis de los tulipanes, de su poder de estimular la reflexión sobre la especulación como falsa o dañina forma de ganancia sin un real crecimiento económico.
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