Por Esteban Ierardo

Walt Whitman (1819-1892), el poeta sinónimo de un yo universal y de un amor cósmico y panteísta. Mereció la devoción de otros artistas. Aquí un ensayo en el que exploramos su visión poético-filosófica del mundo, en la que la conciencia se abre a una percepción de la vida simultánea de los humanos, los animales, la plantas y la realidad entera; y su celebración de la democracia, el cuerpo, la inmortalidad, una religión universal, y de un estar en la Gran Casa del universo. Y también relacionamos su cosmovisión con las poéticas de Pessoa, uno de cuyos heterónimos, Álvaro de Campos, es un homenaje a Whitman, y el galés Dylan Thomas.
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